El gobierno de la Provincia de Santa Fe, de las más agropecuarias del país, dice que ya implementó su propio sistema para asegurar el cumplimiento de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) por parte de los productores. Entre las tareas controladas figuran las pulverizaciones en lugares y momentos adecuados, con sustancias y dosis habilitadas, y máquinas registrada en buen estado.
La ministra de la Producción provincial, Alicia Ciciliani, fue una de las principales impulsoras de que Santa Fe diseñara su propio plan de BPA, como ya tenia Córdoba. Aseguró a Bichos de Campo que su cartera ya designó a un ingeniero agrónomo por cada una de los 19 departamentos que tiene Santa Fe, más uno por cada una de las tres zonas con distintos usos agropecuarios (sur, centro y norte) y un agrónomo que coordina a todos estos. “Ese referente debe hacer cumplir la ley y que se produzca de manera sustentable en la provincia”, explicó la funcionaria.
“El implementador (que así se llama a estos ingenieros) lleva estos principios a las comunas y trabaja con el intendente”, indicó, como modalidad de trabajo.
Ciciliani sostuvo que “hasta ahora el reclamo de la población hacia el sistema productivo ha sido muy dispar, asustando a los vecinos. Ahora los pobladores tienen que saber que hay un Estado provincial con técnicos que garantizan que los productos fitosanitarios que se aplican cumplen una receta agronómica con productos autorizados”.
Mirá la entrevista completa con la ministra de la producción de Santa Fe:
“Queremos defender a los productores agropecuarios porque son familias que invierten y producen riquezas para el país”, expresó Ciciliani. “Todas las medidas las tomamos en base científica. Es obvio que los productos no son inocuos, pero si tenés un fertilizante en tu casa no lo vas a dejar al alcance de tus hijos o las mascotas. Y esto lo digo con mucha responsabilidad: tenemos que saber manipular los fitosanitarios para darle productividad al sistema”, detalló.
También destacó que cuando los gobiernos locales comenzaron a hacerse cargo de estos temas, tanto en Córdoba como en Santa Fe, se nota de inmediato una disminución de la conflictividad entre la población urbana y los productores de los periurbanos, porque básicamente creció la confianza.