Comienza en pocos días más la cosecha de cerezas. El gerente de la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados (CAPSI), Aníbal Caminiti, dice que el clima ha sido esta temporada desafiante, especialmente por la gran cantidad de heladas, pero que aún así se espera una buena producción, que permitiría contar con fruta suficiente como para exportar unas 8.000 toneladas. Son por ahora solo proyecciones. Pero hay muchos otros desafíos y uno de los principales es el impacto de la motosierra de Javier Milei sobre las luchas sanitarias. Hay una deserción grave del Estado Nacional en estas responsabilidades.
Desde fines de agosto que se viene negociando, sin éxito, para que el gobierno nacional cumpla con su parte del acuerdo histórico para financiar el Programa Nacional de Control y Erradicación de Mosca de los Frutos (PROCEM). El titular del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Agroalimentaria (SENASA), Pablo Cortese, comunicó a las provincias de la Patagonia que “no habrá plata”, en otro ejemplo de que el gobierno nacional priorizará el ajuste fiscal más allá de cualquier riesgo o costo sobre los sectores productivos.
La situación impacta sobre esta fruta fina, pero la crisis después se extenderá a peras, manzanas y otras producciones regionales. Como es costumbre -pues la biología manda-, las primeras cerezas se van a recolectar en Mendoza en torno al 20 de octubre. Después, para la última semana de este mismo mes se espera que estén maduras las variedades tempranas en la provincia de Río Negro. En Neuquén, Chubut y Santa Cruz habrá que esperar un poco más. Pero la maquinaria de las empresas que se dedican a este cherry ya está dispuesta, preparada.
“Mendoza es la provincia tradicionalmente cerecera, pero pensando en la exportación, la actividad más fuerte está en Patagonia. El 90% de lo que exporta Argentina de cereza fresca, proviene de la Patagonia”, indicó Caminiti en diálogo con el programa Colonia Agropecuaria.
-¿En temporadas normales, cuánto se produce y cuánto se exporta?
-Nosotros producimos en un buen año en torno a unas 14.000 toneladas, y exportamos la mitad, más o menos. El año pasado exportamos 7.200 toneladas. La verdad que es una típica economía regional. Hay un montón de localidades que son pequeños valles irrigados: Chubut, Río Negro, Neuquén, los mismos valles de Mendoza. Todos ellos hacen que esta sea una economía que moviliza mucho, no sólo de mano de obra sino todo lo que hace al servicio y a la provisión de una industria que es sumamente dinámica. Porque a diferencia de otros frutos, en este caso son frutas sumamente perecederas. La cosecha no puede esperar. A diferencia de una manzana, de una pera, que puede quedar meses en cámaras, de los cítricos, de los kiwis, de otras frutas…
-¿Con lo cual tiene una logística importantísima?
-Exactamente, no puede haber errores, no hay tiempo… Si perdemos un avión porque hubo problemas en el aeropuerto, o lo que sea, esa fruta ya no puede salir, queda para el mercado interno, es bastante complicado. La verdad que es bastante sensible, porque hay que mantener una cadena de frío, y de esa cadena depende la vida útil y la calidad de la cereza.
La Argentina es, entre un pelotón de países productores que está muy lejos de Chile, el segundo mayor exportador de cerezas al Hemisferio Norte. Pero el sector trasandino es descomunal, imposible de competir con ellos: este año Chile prevé exportar más de 500 mil toneladas de cerezas, la inmensa mayoría hacia China. Caminiti se conforma con que en este temporada 2024 la Argentina llegue a colocar en el extranjero cerca de 8.000 toneladas.
“No existimos al lado de Chile en cuanto a volumen. Sí es bueno destacar que la calidad de la cereza argentina es reconocida en mercados importantes, como Estados Unidos, China, Medio Oriente, Europa”, se consoló el gerente de Capci.
Pero hay una amenaza que no tiene que ver con el mercado internacional sino con los propios problemas económicos de la Argentina: por la motosierra de Milei están en riesgo los programas sanitarios históricos que aseguran a los mercados compradores de la Argentina que nuestras cerezas están libres de ciertas plagas, en especial diferentes variedades de la Mosca de la Fruta.
“Argentina tiene una de las pocas áreas a nivel global libre de plagas tan extensa como es la Patagonia, y yo incluiría también el oasis sur y centro de Mendoza. Pero en Patagonia particularmente, ya van a ser 30 años que tenemos un programa que se viene cumpliendo para que Argentina tenga un reconocimiento de este alto estatus sanitario por los principales mercados globales, para la mayoría de sus frutas exportables. Estamos hablando de manzana, pera, cereza, las frutas de carozo”, relató el directivo empresario.
En el caso de la cereza, la exigencia de que la fruta provenga de una zona libre de mosca de la fruta es exigida por China y Estados Unidos, que representan 68% de las exportaciones del año pasado. Por eso Caminiti explicó que la continuidad del programa “es sumamente importante, porque nos permite cosechar unas frutas sumamente perecederas, subirlas a un avión y que en dos días estén en el mercado de Estados Unidos, o en tres días en China”.
El gerente de Capci advirtió con tono serio: “Hoy este programa corre riesgo, y lo digo así, no en forma alarmante. Todos los que estamos involucrados, el sector público de las distintas provincias patagónicas, y el sector privado con las distintas entidades que integramos la Comisión de Sanidad Vegetal, estamos preocupados porque este año el Estado Nacional, que venía haciendo un aporte a través del Senasa para la compra de las moscas estériles y su distribución, con esta política de déficit cero, se retiró de un programa nacional”, estableció Caminiti.
Las moscas estériles son el modo de control de la propagación de esta plaga. Son moscas que han sido esterilizadas para detener el ciclo reproductivo natural de la plaga. Es un método de control biológico para evitar incluso la utilización de agroquímicos. Históricamente las produce en la Argentina un organismo del estado mendocino, el ISCAMEN, que incluso las exporta no solo hacia la Patagonia sino hacia otros países.
Adicionalmente la Patagonia tiene una barrera fitosanitaria, ya sea por vía terrestre o por vía aérea, que efectúa un control para que no ingresen a la zona protegida algunos productos hospederos de la Mosca, en especial cítricos u otras especies que vienen de la región norte del país. El programa prevé que estos cítricos que ingresan a la Patagonia deben ser fumigados en origen y tienen que ingresar a la Patagonia con la documentación pertinente.
-¿Y cuándo se debería hacer el lanzamiento de moscas estériles?
-Esto empieza ahora, el 17 de octubre. Después de varias negociaciones, en las que el gobierno de Río Negro es el principal preocupado en todo esto, se consiguió un fondo que son 210 millones de pesos, que nos permite comprar una primera tanda de moscas.
-¿Y alcanza con esa plata?
-No, no, no alcanza. Y te explico que el programa PROCEM en Patagonia es único a nivel mundial. El programa empezó a funcionar hace tres décadas 100% financiado por el sector privado. Y recién hace unos seis años empezó a haber un aporte proporcional de las provincias, en cuanto al volumen de fruta que mueven. El aporte que hacía Nación solamente era la compra de las moscas y el gasto de la distribución. Al decirnos durante el transcurso de estos meses que se retiraba y no iba a hacer los aportes para adquirir la mosca, generó un desfinanciamiento que originalmente en el presupuesto que estaba previsto para este año impactó en casi un 40%. No es fácil salir a buscar cientos de millones de pesos para poder financiar esto. Sobre todo cuando el 59% de este programa es financiado por el sector privado.
-¿Cuánto dinero falta?
-Para llegar a diciembre son 400 millones de pesos, que ahora están evaluando las provincias para poder hacer un aporte extraordinario para garantizar el trabajo de acá a fin de año. Entre tanto tenemos que ver cómo seguimos el año que viene. La temporada de distribución de mosca estéril se extiende hasta mayo del año que viene. Y quiero remarcar que este programa es único en el mundo, donde el sector privado viene desde el año cero financiando. En todos los programas de control de mosca a nivel mundial son todos financiados 100% por el sector público.
-En Mendoza también hay zonas libres de la plaga… ¿Qué sucede allí?
-La provincia de Mendoza, a través del ISCAMEN, financia 100%. Y tiene previsto para el 2027 tener toda la provincia libre de mosca. El programa en Patagonia, en cambio, se toma muchas veces, en reuniones internacionales, como ejemplo este modelo de financiamiento público-privado.
-Si vamos a rediscutir eso, supongo que se requiere de plazos.
-De eso se trata, nadie está diciendo que el Estado Nacional, con esta decisión de la política cero, de déficit cero, no tiene derecho a hacer replanteos para ajustar sus gastos. Creo que en eso estamos todos de acuerdo. Ahora bien, nos tiene que dar el tiempo suficiente para poder rediseñar una ingeniería financiera que no recargue 100% esta falta de financiamiento en el sector privado. En lo que va del año ya incrementamos tres veces el canon por el que aportan los privados en todas las provincias patagónicas. El beneficio del área libre no es solamente para el productor patagónico, sino para las economías regionales de la Patagonia.
Y por qué el estado tiene q comprar las moscas para los privados , acaso a ellos no las pueden comprar o la provincia con los impuestos a la producción, no es culpa del estado , venden en los lugares más caros y no quieren pagar por tener una altísimo producción y de calidad