El año 2022 promete ser complicado para muchas producciones agropecuarias cuyos costos están indisolublemente atados al valor de las tarifas de servicios energéticos.
“¿Cuál es el nivel del tarifazo que le estamos dando al sector privado como para que las transferencias corrientes sean el mayor ajuste del gasto público que hay acá”, indicó ayer Espert refiriéndose al proyecto de Presupuesto 2022.
“Estamos engañando al pueblo que representamos: el ajuste de gasto público que tiene este (proyecto de) presupuesto es solamente hasta ahora un gran tarifazo”, denunció el diputado de Avanza Libertad durante el primer debate de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja tras la renovación de las bancas
“Debería ser una causa nacional que en la Argentina primero desaparezca urgente el déficit fiscal y que prontamente tengamos superávit fiscal para poder bajar impuestos, porque la gente nos da más de pagar impuestos”, manifestó Espert durante la presentación del proyecto de Presupuesto Nacional 2022 realizado ante los diputados por el ministro de Economía Martín Guzmán.
El economista recordó que la presión impositiva actual representa un 34% del Producto Bruto del país y que, a pesar de esa enorme masa de recursos, los servicios básicos brindados por el Estado nacional son insuficientes, pésimos o nulos.
“Para llenarlo de amigos del poder, de ñoquis, de transa, de chanta delincuente en muchos casos para eso sí hay Estado presente; ahora, Estado presente para devolver los impuestos de la gente bajo las formas bienes públicos, no lo hay”, afirmó.
Ahora bien, ¿a qué se refirió Espert con el eventual tarifazo de tarifas eléctricas que aplicaría el gobierno de Alberto Fernández en algún momento de 2022? Veamos.
Los subsidios contemplados en el proyecto de presupuesto para el sector energético alcanzan un monto de 873.397 millones de pesos, una cifra nominal 1% menor a la del ejercicio 2021, algo que en términos reales implicaría una reducción importante si se considera una inflación prevista (en el mejor escenario) del orden del 60% para 2022.
Para la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), que cubre buena parte del subsidio de las tarifas eléctricas, se prevé un aumento nominal del 15%, o sea una baja considerable en términos reales.
Para la empresa estatal Integración Energética Argentina (IEASA), que tiene a su cargo la comercialización de la energía eléctrica proveniente de los emprendimientos binacionales Salto Grande y Yacyretá, el ajuste nominal es nada menos del 33%.
Pero la peor parte se la llevan los subsidios gasíferos, lo que permite anticipar que el año que viene se instrumentarán importantes subas de las tarifas de gas natural a empresas.
Ante ese panorama, aquellas producciones intensivas de las diferentes economías regionales que dependen del uso intensivo de energía eléctrica –como es el caso, por ejemplo, del arroz, las vides o los olivos–, pueden resultar comprometidas. Lo mismo con aquellas empresas agroindustriales que realizan un uso intensivo de gas natural.