El Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil informó este lunes que está analizando un caso sospechoso de Encefalopatía Espongiforme Bovina (“enfermedad de las vacas locas”), algo que, en caso de ser confirmado, obligará a suspender las exportaciones de carne vacuna con destino a China.
“La sospecha ya ha sido sometida a análisis de laboratorio para su confirmación o no y, en función del resultado, se aplicarán de inmediato las acciones correspondientes”, se informó oficialmente.
La última vez que Brasil detectó un caso de “mal de la vaca local” atípico, el cual es generado por un mutación individual, fue en septiembre de 2021, lo que llevó a suspender los embarques cárnicos a China por varios meses.
En caso de confirmar el caso, Brasil debe oficialmente comunicarlo a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y, según lo dispuesto por el protocolo sanitario firmado con China, suspender los embarques hasta que las autoridades de la nación asiática dispongan lo contrario.
En ese marco, el “bache” de oferta temporario dejado por Brasil debe ser cubierto por Uruguay y por la Argentina, país este último que aplica restricciones a los embarques de carne bovina. Paraguay no puede exportar a China porque, al reconocer a Taiwán como país independiente, es castigado comercialmente por Beijing.
El procedimiento precautorio se implementó a partir de lo sucedido con la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) en la Unión Europea, enfermedad que integra la familia de las denominadas Encefalopatías Espongiformes Transmisibles (EET).
La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob –descripta por primera vez en los años ’20 del siglo pasado– es una EET fatal que afecta a los seres humanos y se presenta por predisposición genética o aparición esporádica en personas usualmente mayores. Una tercera causa de infección es la iatrogénica: personas enanas que recibieron hormona humana de crecimiento extraída de cadáveres infectados por la enfermedad.
El tejido de los cerebros afectados por las EET, tanto de animales como de humanos, muestran agujeros espongiformes. Es decir: se transforman en algo similar a un queso Gruyére. No se dispone de ningún tratamiento para combatir a las EET. Los signos clínicos siempre son neurológicos y una vez presentes los síntomas de la enfermedad, el desenlace de la misma es rápido y fatal.
La EEB o “mal de la vaca loca” fue descubierto en Gran Bretaña en 1986. Los síntomas observados en el ganado británico infectado eran una progresiva pérdida de coordinación muscular y disminución de peso. Diez años después, en 1996, estalló en Europa la “crisis de la vaca loca”. Fue durante ese año cuando se descubrieron los primeros casos en humanos de una nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob asociada a la ingestión de productos de origen bovino (vale recordar que existen otras tres variantes de esa enfermedad que no están asociadas con la ingesta de carne vacuna).
La evidencia científica considera que, en general, la enfermedad se transmite entre el ganado bovino mediante la ingesta de raciones de harina de carne proveniente de animales afectados por una ETT. El prion infeccioso es resistente a los procedimientos de inactivación comercial, como el calor, lo que significa que puede no ser destruido durante el procesamiento de los despojos.
En 2001 la Unión Europa prohibió el uso de harina de carne para alimentación animal con el propósito de frenar la expansión de la enfermedad que provocó cientos de muertes humanas, aunque posteriormente siguieron apareciendo en Europa casos de animales afectados con “vaca loca” clásica.
Están buscando destruir la cadena alimentaria. Los psicópatas de Davos quieren que comamos grillos y kakerlakens jajaja
La supuesta esponjiforme esa son priones que les injectan con ciertas vacunas.
Que locura qur le den harina de huerso a las vacas , no creo que eso se haga en la argentina, estoy en lo cierto?