Entre fines de octubre e inicios de noviembre se produjeron heladas tardía muy intensas que afectaron mucho a diferentes actividades, en especial a las economías regionales cordilleranas como la vitivinicultura del Cuyo o las frutícola de la Patagonia. Sumada a la crisis económica y cambiaria general, esta contingencia climática hizo reaccionar a las autoridades.
En noviembre pasado se produjo una visita del ministro de Economía, Sergio Massa, a Mendoza, donde anunció la instrumentación de un tipo de cambio diferencial para esas actividades extrapampeanas, tal como se hizo con la exportación de soja, para la que se estableció un tipo de cambio especial y mejorado de 230 pesos por dólar exportado.
El anuncio quedó desactivado muy pronto, cuando el ministro advirtió que era impracticable. Pero las empresas pymes de esas economías regionales insisten en que deben tomarse algunas otras decisiones que ayudarían a mejorar su condición, dotándolas de una mejor competitividad exportadora y mejorando los ingresos de los productores primarios.
Pablo Vernengo, director del área de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), dijo que “el dólar para las economías regionales es impracticable, lo dijimos desde el primer día, porque hay 8.500 posiciones arancelarias a tener en cuenta que encima tienen hoy diferentes aranceles para la exportación”.
“Valoramos el gesto de Massa de haber ido al área de producción en aquel momento y de poner en marcha instrumentos de financiación, pero querer poner en marcha un dólar para cada actividad es inviable”, aseguró.
Frente al evidente fracaso de su anuncio, Massa instruyó al secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, para que busque otros mecanismos, que serían anunciados durante el primer trimestre de 2023. Por eso se especula ahora con una reducción o eliminación de las retenciones a la exportación, o una suba de reintegros, para las distintas actividades extrapampeanas.
Vernengo dijo que eso tampoco será sencillo, pues hay muchas distorsiones por corregir. “Hay productos que pagan 9% por derechos de exportación, otros 5%, otros 4,5%, y otros 0%. Y muchas veces esas variaciones se dan dentro de la misma cadena. Por caso, el limón fresco tributa cero y la cáscara, que es un derivado de su agregado de valor, paga 9%”.
Vernengo consideró que hay otras medidas que se pueden y deberían tomar para que estas actividades tengan mejores condiciones.
En primer lugar, dijo que se requiere de un tipo de cambio único: “Que haya un mismo dólar para lo que compramos como insumo y para los productos que vendemos”, enfatizó.
Luego, el dirigente de Came señaló es muy importante bajar la estructura de costos con que cargan los productores. “El Estado debe dar señales en cuanto a reducción de cargas patronales, bajar el IVA a las empresas electro y gas dependientes (tributan 27% de IVA y que pedimos se lleve a 10,5%). Se debe además implementar una cuenta única tributaria para que las pymes puedan disponer de los saldos técnicos y poder hacer frente a sus obligaciones”, enumeró.
Vernengo finalmente destacó que es necesaria bajar la presión fiscal, ya que del ingreso promedio de las actividades regionales el Estado se queda con cerca del 40% en concepto de diversos impuestos. Además remarcó que hay intermediadores con rentas de 20%, cuando el productor en un buen año climático y productivo gana solo entre 5% y 7% sobre el capital invertido.