San Juan tiene uno de los desiertos más crudos sobre el que se pueda producir y sólo 0,5% de la superficie total de la provincia se cultiva en la actualidad. “Hasta hace cinco años atrás cultivábamos el 1%, pero el alto costo de la energía hizo que aquellas actividades electrointensivas hayan disminuido su superficie productiva, porque paralelamente estamos viviendo períodos de extrema sequía, y además histórica. Es decir, falta de nieve en la cordillera, que es el agua que usamos para regar”.
Con esta contextualización más que necesaria se presenta Adrián Alonso, que es periodista agropecuario en San Juan. Alonso trabaja hace 24 años en el Suplemento Verde del Diario de Cuyo, y desde hace un poco más, 26 años, hace periodismo radial al frente del programa “Desayuno de trabajo rural”, en Radio La Voz 100.5 FM. Es otro de los respetados colegas que convocó Bichos de Campo para que nos cuenten cómo impactó la crisis del coronavirus en cada una de las regiones productivas.
“San Juan tiene la extensión de red de riego más larga de toda Latinoamérica. Son 2.500 kilómetros de canales de riego y drenaje, es decir que no sólo hay que regar sino también sacar el agua que sobra. Hasta hace 5 años atrás, la superficie de la provincia oscilaba en 118 mil hectáreas, pero los datos que arrojó el último Censo Nacional Agropecuario (CNA) ya hablan de 57 mil hectáreas”, nos precisó Adrián antes de meterse en la coyuntura.
Mirá el reportaje completo que le hicimos a Adrián Alonso:
“En el primer trimestre del año, las exportaciones de vino se venían recuperando, creciendo entre 60% y 63%, luego de venir de una crisis de excedentes. Había un stock que equivalía a 6 o 7 meses de consumo, que en realidad eran excedentes fantasmas, no eran tales, y entonces las bodegas empezaron a mandar más vinos cuando los mercados internacionales también reportaron problemas previos a la pandemia, como fue el caso Australia o California”, informó Alonso.
Para el periodista sanjuanino, en ese momento, “en un mundo demandante de vinos, Argentina aprovechaba su oportunidad, y no sólo de vinos, sino también de mosto. Los precios acompañaban también, ya que se disparó de 12 a 16 pesos el litro de varietales”, contó.
De todos modos esto cambió radicalmente a partir de la declaración de la pandemia. “Ahora todo el mundo vitivinícola está en dudas”, avisó Alonso.
Como ejemplo de la situación que atraviesa ahora el negocio vitivinícola global, el periodista comentó que “Inglaterra, que es el gran pivot comercial del vino en Europa, tiene muchos problemas para comercializarlo en el continente. Francia justo estaba entrando con sus vinos en China. Y lo mismo sucede con Estados Unidos, el cual se preparaba para recuperar mercado luego de los incendios y sequías de California. En Chile también sufren una restricción al ingreso de su oferta exportable, pasando de 400 a 50 contenedores diarios, lo que es decir una cuarta parte”.
A la posible pérdida de mercados para el vino local, el coronavirus sumó múltiples problemas operativos ene l agro sanjuanino. “La cuarentena afectó el normal desenvolvimiento de la cosecha, y al principio no todos contaban con los permisos y autorizaciones. Hasta a los productores y enólogos se les complicaba acceder a las bodegas para atender a los vinos, que son un ser vivo más, que requieren de muchísima dedicación”, enfatizó Alonso.
Pero finalmente, según el periodista agropecuario de San Juan, “se está pudiendo terminar la cosecha. Esta semana (por la semana pasada) estimamos finalizar la cosecha de uva de mesa, que está avanzada en un 95%, mientras que estamos a la mitad de la cosecha de aceitunas conserva o de mesa, que es la que tanto extrañamos por comerse en las picadas y en la pizza. Y ahora, empieza la cosecha de las variedades para aceite de oliva”, avisó.
Esos dos sectores tradicionales, la uva y el olivo, no fueron los únicos afectados. También se ve alterada “la producción de nuez de pistacho, que está dando mucho que hablar por lo altamente rentable. Por eso, cuando hablamos de 100 hectáreas, ya es mucho acá en la provincia”, afirmó Adrián.
El periodista agropecuario declaró que el panorama de precios de la energía complica todo aún más a nivel productivo. “Antes, con el agua del sistema de riego tradicional por acequias alcanzaba, mientras que hoy hay que echar mano a las napas subterráneas mediante bombeo, porque ya no alcanza”.
“Una finca de 8 a 10 hectáreas, que es el promedio de superficie de los viñateros de la provincia, abona entre 60 mil y 80 mil pesos mensuales de luz en plena campaña. Ni hablar de frigoríficos o bodegas, que pagan más. Una bodega chica por ejemplo, paga 250 mil pesos mensuales de luz”, alertó sobre el alto impacto de las tarifas de luz.
Lo despedimos a Alkonso preguntándole qué hará apenas termine la cuarentena. Contestó: “Tomarme un buen vino con todos mis amigos”.
Todo esto está afectado por la lucha de intereses para manejar la Coviar(los Zucardi y Bgas de Argentina) y obtener recursos para exportar sus vinos embotellados.
Realmente lo importante es el mercado interno de mil millones de litros de vino(cualquier país vitivinícola lo quisiera tener) y es el que da vida a pequeños productores familiares y todo el personal tanto de viñas como de bodegas trasladistas.El 65% lo manejan 4 o 5 grupos que además venden agua,jugos,gaseosas,cervezas etc todas bebidas en competencia con el vino.El Gobierno permite el uso de edulcorantes que en otros países son considerados rcancerígenos.
Además el INV creado para Investigar,Promocionar y Fiscalizar toda la vitivinicultura lo han convertido en agente de cobranzas de los aportes para la Coviar,paralizando a las bodegas que no están al día.perdiendo ventas y exportaciones