Desde hoy y por al menos 15 días la firma Algondonera Avellaneda, parte del Grupo Vicentin, paralizará su planta industrial y adelantará vacaciones a sus más de 500 empleados. Si bien desde la compañía indican que este parate no está relacionado estrictamente con el default de Vicentin, lo cierto es que la empresa textil también está muy complicada financieramente.
Según los registros del BCRA, a diciembre de 2019 -últimos datos disponibles- Algodonera Avellaneda mostraba una deuda bancaria de más de 225 millones de pesos, tomada con el Banco Nación y ubicada en situación 4, lo que se traduce en que está categorizada como “con alto riesgo de insolvencia / Riesgo alto”.
Mientras tanto Vicentin continúa a la espera de que la justicia concrete formalmente la apertura de su concurso de acreedores y en paralelo busca cerrar un acuerdo extrajudicial con las cooperativas y corredoras de granos a los que les debe alrededor de 350 millones de dólares. Por ahora, si bien los líderes de la firma prometieron vender alguno de sus activos para cancelar deudas, no hay novedades en el frente.
Otra de las compañías que tuvo un 2019 para el olvido es la alimenticia Molinos Río de la Plata que acaba de informar que durante el año pasado acumuló pérdidas por un total de 1.006 millones de pesos. Las razones, según detallan desde la firma, fueron la imposibilidad de trasladar a precios los aumentos de costos y la caída en el consumo.
Además, esta pérdida sigue la tendencia de 2017 y 2018, donde la sociedad perdió, en moneda de 2019, 1.161 millones y 2.619 millones de pesos, respectivamente, con lo que totalizó un resultado negativo de 4.800 millones de pesos.
Mientras tanto Molino Cañuelas, avanza a paso firma hacia el concurso de acreedores siguiendo el triste camino iniciado semanas atrás por Vicentin.
La firma agroindustrial, hoy principal procesadora de trigo de la Argentina con más de 20 plantas industriales, cuanta ya con pocas alternativas luego de más de 18 meses de negociaciones con sus acreedores a quien les debe un total de 1.400 millones de dólares.
Detallan desde el sector que si bien la empresa sigue operando con normalidad, su default con los bancos locales -que suma más de 18.000 millones de pesos- implicaría en el corto plazo la cesión de varios de sus activos y hasta de parte de su capital social. Es un hecho que Molino Cañuelas, tal como se lo conoce, dejará de existir.
Hasta ahora, la única que arranca la semana festejando es la firma de producción primaria MSU Agro, perteneciente a la familia Uribelarrea y que maneja más de 160.000 hectáreas. La calificadora de riesgo Fix le subió la nota gracias a que mejoró su perfil de deuda.
Concretamente la calificadora le subió la nota desde BBB+ (arg) a A- (arg) y además informó que la perspectiva de la calificación es “estable”. El adelanto se basó en “la mejora constante en el desempeño de la compañía, que se tradujo en mejores márgenes y en una caída en sus niveles de endeudamiento”.
En este contexto, la empresa de producción agrícola sigue apostando al mercado de valores locales para financiarse porque el próximo 5 de marzo licitará su ON Serie VII por hasta 15 millones de dólares, en el marco del Programa de Obligaciones Negociables, que tiene aprobado por un valor nominal de hasta 50 millones.