Hay buenas noticias en el mercado mundial de la carne vacuna. China decidió abrir el puerto de Shangai tras 60 días de confinamiento por un rebrote de la pandemia de Covid. Eso permite la nacionalización de los contenedores que se estaban acumulados en ese puerto y que ahora pueden ser introducidos a ese mercado.
De acuerdo con lo que publicó la analista María Julia Aiassa en el informe semanal del Rosgan, a inicios de este mes “el gobierno chino levantó el estricto confinamiento que mantuvo aislada a la ciudad de Shanghái por dos meses, generando importantes disrupciones tanto en la logística como en el comercio”.
Esa decisión se hizo sentir rápido en el mercado de la carne vacuna, sobre todo en el precio de la vaca que había tenido una retracción del 10% en el último mes y una baja de 600 a 800 dólares en la tonelada exportada, aunque desde precios históricamente altos. El garrón y brazuelo (corte preferido por los chinos) que se vendió por encima de los 8.000 dólares, ahora cotiza en 7.300.
El problema no estaba en una reducción de la demanda. Por el contrario, en China la carne vacuna se va ganando su espacio. La dificultad radicaba en la incertidumbre de los importadores asiáticos respecto de cuánto tiempo debían tener la carne estacionada en los puertos, lo que implica un costo adicional de frío. Tampoco se sabía cuánta mercadería podían acopiar.
Todo este panorama se diluiría pronto con la medida que se conoció recientemente. “A partir de esta liberación (del puerto), el mercado se muestra expectante tanto por la evolución del consumo interno como por la reactivación de la logística portuaria, que llegó a registrar alrededor de 260.000 contenedores (TEU) parados en el puerto”, explicó Aiassa.
Otros analistas también mostraron expectativas positivas por esta noticia. Víctor Tonelli dijo que “el mercado nunca aflojó, siempre mostró firmeza, creo que en la reactivación en la demanda china de alimentos y en particular de carne va a ser muy pronta, no debería haber una demora muy grande”.
Este dato volvería a favorecer las cuentas de los criadores y de los tamberos. Los ingresos por la venta de la vaca que descartan cada año se volvió un punto muy importante de su esquema comercial. Estudios privados indican que para los tamberos la venta de las vacas viejas llegó a significar el equivalente al 10% de la facturación mensual por la venta de leche.
Para los criadores la mejora del valor de una categoría que en otras épocas era catalogada como “descarte” -o una especie de subproducto de la cría-, y los incrementos de los precios de los terneros le dieron rentabilidad a la actividad en los últimos tres años y la posibilidad de reinvertir en el sector.
La posibilidad de que se reactiva la demanda de carne de China, sin dudas sería positivo para el país, ya que el 70% de lo que se exporta tiene como destino ese país y la carne de vaca que se le manda no está condicionada por el cepo exportador que impuso el gobierno, lo que ayudará al ingreso de divisas.