El día estaba espléndido en Tucumán y avanzaba la cosecha del arándano en un campo cercano a Monteros, en la sencilla localidad de Sargento Moya. Uno de los móviles del Registro Nacional de Trabajadores Rurales (Renatre), equipado con una antena satelital, servía de improvisada oficina. Dentro del vehículo los trabajadores de ese establecimiento podían comprobar con mucha rapidez el estado de sus aportes o tramitar la nueva tarjeta plástica que reemplaza a la vieja Libreta del Peón Rural. Comprobar finalmente si eran parte de un sistema formal, como marcan las leyes.
“Salimos al campo a hacer la registración de los trabajadores, que es lo que corresponde”, resumió a Bichos de Campo el presidente del Renatre, Abel Guerrieri, que aprovechó la inauguración de un jardín maternal en esa localidad tucumana -que cuidará a los hijos de los cosecheros-, para ponerse al frente de lo que denominan el “Operativo Federal”. Se trata de una gran movida que durará varios meses en la que se embarcó este particular ente de control laboral, integrado por cuatro representantes del sector patronal (uno por cada una de las entidades agropecuarias) y cuatro del sindicato de trabajadores rurales Uatre, más dos síndicos del Ministerio de Trabajo.
-¿En qué consiste este operativo federal?- le preguntamos a Guerriri, que es representante de la Sociedad Rural y conoce al dedillo el origen y los objetivos del Renatre.
-Arrancamos en agosto una gira federal, que llamamos operativo, aunque a mi no me gusta esa palabra. Es una visita al territorio que hacemos como productores y trabajadores, en esta convivencia que no es frecuente. Hemos empezado a recorrer el país en busca de concientizar a todo el sector. Estamos haciendo lo que hay que hacer. Por un lado, porque tenemos la obligación por ley de mitigar lo que es el trabajo infantil en la Argentina, y a Dios gracias que vamos lográndolo, paso a paso. Por otro lado, porque nuestro deber la registración de los trabajadores rurales.
Mirá la entrevista completa con el titular del Renatre:
El Operativo Federal del Renatre ya pasó por varias provincias, como Misiones, Entre Ríos y Salta, según sea la actividad productiva que haya que abordar. Y así estarán sus directivos hasta febrero de 2019, siguiendo el calendario productivo argentino. Una de las tareas más importantes que se han propuesto, además de controlar el empleo registrado, es que todos los trabajadores rurales tengan su propia tarjeta plástica. Los empleados del Renatre le muestran a la gente que con una sencilla aplicación gratuita pueden reconstruir desde el teléfono celular su historia laboral, controlar aportes y hacer otros trámites. Antes la vieja libreta del peón rural solía quedar en manos de los empleadores.
“La libreta de papel ha quedado obsoleta”, dice Guerrieri, que pregona que también es necesario comenzar a cambiar otro “chip” muy arraigado en el sector rural: la creencia de que al peón de campo o cosechero no debe estar registrado.
“Yo siempre hablo de la ventaja y la tranquilidad que tiene para un productor tener un empleado formalizado. Si está registrado el trabajador, aparte de cobrar lo que le corresponde, que es lo que se negocia en la paritaria (porque el ‘negro’ no entra en ninguna paritaria), tiene la ventaja de cobrar el seguro de desempleo” en caso de que lo necesite, explica el presidente del Renatre.
Además sostiene que el blanqueo del personal le permite a los productores ganar tranquilidad ante eventuales juicios. “Fundamentalmente la registración apunta a que el empleado tenga un seguro de riesgo de trabajo. Este es un tema que las entidades lo tenemos que estudiar muy a fondo. Porque si a uno se le accidenta algún empleado y lo tiene en negro, es muy probable que tenga que vender parte de su capital para pagar el accidente. En cambio, si está formalizado, si está inscripto en el Renatre, tiene alta en AFIP y en la ART, eso no sucede y el productor queda cubierto”.
-Si son tantas las ventajas, ¿entonces por qué todavía queda mucho sector del trabajo rural en la informalidad?
-Muchos productores no registran por una cuestión de una cultura de trabajo y economía en negro que existe en la Argentina. El trabajo registrado al productor también le cuesta porque tiene que depositar cargas sociales. Es por eso que algunos prefieren correr el riesgo y ahorrarse alguna plata. Pero por eso nosotros tenemos que salir a concientizar.
Guerrieri describe que el problema mayor lo tienen en las economías regionales que son mano de obra intensivas, zafreras. Pero dice que en los establecimientos dedicados a la agricultura extensiva y la ganadería, los niveles de informalidad se reducen a una mínima expresión. En la Provincia de Buenos Aires, agrega, los principales focos del ‘negro’ son la producción de cebolla y ajo, y los cordones hortícolas que rodean a las grandes ciudades.
Para cuando haya concluido el Operativo Federal y la divulgación sobre lo que es lo correcto, Guerrieri promete el inició de una etapa diferente, con mayor acento en los controles. “Estamos ajustando los sistemas informáticos para salir a fiscalizar, para que aquel que sigue con la cultura del negro finalmente cambie”, afirma.
En este video institucional del Renatre se pueden conocer las distintas etapas del Operativo Federal.