Ya hemos visto en innumerables notas de Bichos de Campo que los argentinos comemos mucha menos fruta y verdura de lo que nuestra salud necesita. También hemos retratado aquí la larga crisis del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, que aporta el 80% de peras y manzanas que se producen a nivel nacional, donde los productores se caen por los bajos precios y la falta de demanda. En medio de esos dos procesos de fondo, hay una iniciativa que seguimos con particular atención: la provisión directa de fruta desde los productores de esa zona a los chicos de las escuelas públicas.
“No tenemos la fruta en la canasta familiar constante. El consumo per cápita cayó mucho. Entre peras y manzanas deberíamos estar en 12 kilos anuales por persona, pero estamos en 4 kilos anuales, o sea, 20 manzanas por año. Es nada”, explicó Sebastián Hernández, el presidente de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén y uno de los impulsores de esta iniciativa que saltéa la intermediación entre la chacra y la escuela.
Hernández reconoció que muchas veces esa intermediación tiene costos que tornan prohibitivo el acceso de la población de más bajos recursos a la fruta. Dice que para muchos es muy difícil “pagar 90 o 100 pesos un kilo de manzanas, lo que hace que le cueste mucho a la gente alcanzar un producto que tiene tantos beneficios”.
Mirá la entrevista completa a Sebastián Hernández:
Desde la federación impulsan acciones de promoción directa para aumentar el consumo de frutas, pero también ven como dificultad que no haya resguardo del producto una vez que esté en la góndola. Por ejemplo, mantener la cadena de frío en el circuito comercial. Creen que al no haber un buen circuito de comercialización, la fruta también pierde mucho atractivo para los consumidores.
Con todos los problemas adelante, los chacareros de Río Negro y Neuquén comenzaron a abrir nuevos caminos para comercializar sus peras y manzanas. “Con las experiencias que tuvimos en la Rural, o en ferias como Caminos y Sabores o Bariloche a la Carta, nos dimos cuenta de que la gente se vuelve loca por consumir una buena manzana o pera. Por eso en esto tiene mucho que ver cómo le llega el producto a la gente y cómo se la mantiene en la cadena de frío hasta que le llega al consumidor”, expresó el dirigente del valle.
El año pasado, con esa lógica, la Federación firmó un convenio con el Ministerio de Agricultura y con el Ministerio de Educación y Derechos Humanos de Río Negro para incorporar las frutas en las escuelas, pero directamente desde el productor. La idea original era repartir 340.000 kilos de fruta a estudiantes de 276 escuelas provinciales. Pero la cuarentena complicó los planes pues se suspendieron las clases presenciales y tuvieron que ir en busca de otra estrategia.
“Llegamos a hacer una entrega de frutas a las escuelas de la provincia. Lamentablemente, cuando se planteó la cuarentena, no pudimos seguir con la distribución. Hasta que resolvimos, y ahí te das cuenta de lo que es la decisión política, distribuir desde la federación directo a las casas de esos chicos de escuelas. Entonces, cada 15 días entregamos una caja donde repartimos 10 kilos de frutas y verduras: 2 kilos de manzana, 2 kilos de pera, 2 kilos de cebolla, 2 kilos de papa y 2 kilos de zapallo. Todo producido por nosotros, y además vamos directo al consumidor”, describió Hernández.
El productor y dirigente aseguró que una vez que se normalice la situación de pandemia, volverán al acuerdo inicial de llegar a comedores escolares.
Resaltó que “la idea de este proyecto es avanzar también en la provincia de Buenos Aires, ya que tenemos experiencia y logística como para trasladarlo a otras zonas e incorporando otros productos”, en alusión a armar una especie de “clearing” de frutas, que implica hacer intercambio con otras regiones, como la producción de bananas del norte o la de cítricos en el litoral, para que llegue una dieta de frescos más diversa a los chicos.