El nuevo esquema para liquidar exportaciones que prometió Sergio Massa, y que permitiría que el 30% de esas ventas se hagan a un dólar más alto (en el contado con liquidación) que el dólar oficial (al que debería cambiarse el otro 70%), sin duda mejora el poder de pago de las industrias lácteas exportadoras. Pero, según informes privados, no va a alcanzar para cubrir el costo de producción que tienen los tamberos.
El sector venía una quita temporal de los derechos de exportación, que ya había proporcionado un mejor tipo de cambio. Ese primer pedido fue atendido y hasta diciembre no se pagará ese impuesto. Luego, cuando algunos se apuraban a pedir un “dólar leche”, Massa anticipó esta mejora generalizada del tipo de cambio, aunque va a durar sólo hasta las elecciones de noviembre.
Si bien son medidas temporales, mejoran la capacidad de pago de la industria, aunque no alcanzan a que los tamberos salgan del quebranto.
Jorge Giraudo, del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), explicó que solo el 25% de la leche que se produce se exporta y que ese volumen se liquidará al contado con liquidación mientras que “el otro 75% se vende en un mercado interno donde rige el programa de Precios Justos, el congelamiento de valores de algunos productos y existe un poder de compra deteriorado de la población lo que limita el ingreso de dinero a la cadena”.
En este contexto, el especialista estimó que con el nuevo poder de compra de lo que se exporta, la leche al productor podría pagarse en torno a los 160/170 pesos por litro, mientras que la leche que vende en el mercado local debería pagarse a entre 118/120 pesos.
“Así el valor que se pagaría, según nuestro cálculo, en los próximos meses podría mejorar a 130 pesos aproximadamente, lo que seguiría siendo inferior al costo de la producción que ronda los 150/160 pesos. Es decir, la brecha se va a acortar respecto de la brecha actual pero seguirá siendo importante”, evaluó Giraudo.
El especialista aclaró que este año, como consecuencia de la seca, hay un costo agregado vinculado a la necesidad de comprar rollos y granos fuera de los tambos, para sostener a las vacas bien alimentadas. Ambos productos están en falta porque la sequía limito su producción. Además, en el caso del maíz, con el nuevo valor del dólar exportador su precio se disparó más.
Como están planteadas las cosas, el sector tambero seguirá llevando las de perder en un año que ya fue muy difícil y en el que las políticas estuvieron al servicio del interés de los funcionarios y no de la producción.