Los ministerios de Agricultura y de Desarrollo Productivo publicaron en conjunto la Resolución 5, mediante la cual estableció el cupo de exportaciones de carne vacuna que regirá -al menos por julio y agosto- entre un grupo de 63 plantas, de las cuales el 10% concentra el 54% del total de los volumenes de carne que se podrán exportar.
Como adelantó Bichos de Campo, quedaron afuera del reparto los exportadores sin planta y los grupos de productores exportadores.
Ese cupo será de sólo 30.000 toneladas por mes, un volumen chico y del que no podrán participar los matarifes exportadores o los grupos de productores exportadores salvo que las plantas de faena les ceden una parte de “un bien escaso”, tal como lo definió Fernando Herrera, presidente de la Asociación de Productores Exportadores (APEA).
Herrera explicó que este sistema de distribución de los cupos “nos afecta y mucho, porque cada exportador va a tener que sentarse a negociar con la planta frigorífica para que le ceda parte de ese cupo, lo que implica una negociación desventajosa, porque ya está asignado el volumen que se hizo con la performance del segundo semestre del año pasado”.
“Lo curioso es que se incluyó lo que exportamos nosotros, quiere decir que alimentamos el cupo pero luego no lo tenemos”, explicó el productor no sin razón. Es que los frigoríficos que recibieron cupo anotaron como suyas exportaciones que realizaron otros alquilándoles la planta, algo que es muy usual en el sector cárnico. Eso se hubiera evitado si en vez de definir los cupos a partir de los datos de cada planta ofrecidos por Senasa se hubieran tomado los datos de la Aduana a partir del CUIT de cada empresa exportadora.
Herrera se lamentó porque a partir del criterio elegido por el gobierno “quedamos a expensas de la buena voluntad de las plantas y se nos abre un panorama de total incertidumbre”.
“Hay grupos que ya fueron convocados por los frigoríficos para renegociar pero no sabemos qué va salir de esto. Es probable que quieran renegociar tarifas, costos, lo que viene seguro será peor que lo que teníamos”, añadió.
El empresario exportador de carne vacuna también indicó que con la medida oficial también se produce un incremento de la concentración: “Los cupos están en cabeza de 60 establecimientos y los exportadores el año pasado fueron más de 100. Los 40 que no están en la lista son los que tienen que sentarse a negociar con las plantas. Las medidas que se van tomando no son buenas. No es esta la forma de solucionar problemas macroeconómicos”.
El otro eslabón de la cadena cárnica afectado por esta decisión es el de los matarifes que en los últimos años hicieron pie en la exportación de carne vacuna, especialmente con destino a China.
Ariel Morales, directivo de la Cámara de Matarifes y Abastecedores (Camya), fue duro tanto con los funcionarios, con los frigoríficos exportadores.
“Esta es una resolución que concentra el negocio. Vale decir que el gobierno con esta resolución habilita a solo 63 plantas frigoríficas y deja afuera a matarifes y productores. Así unos pocos terminan manejando el negocio y no les dan la posibilidad a los que estamos en el negocio de la carne que podamos exportar”, indicó el matarife.
Morales además indicó que ese sector se siente discriminado y que debería haber sido convocados a la reunión en la cual se informó cómo iban a ser las nuevas condiciones para exportar, teniendo en cuenta que varios de los asociados a su cámara venden carne al extranjero.
Con respecto a la actitud de los funcionarios dijo: “Fijan pautas para que nosotros no podamos acceder a la exportación. Esta es una normativa hecha a medida de los exportadores. Se trabaja con un lobby que hace presión para que los actores del consumo no podamos entrar en el negocio exportador. El gobierno no puede sacar una resolución privándonos de exportar”.
En tal sentido indicó que el acceso de los mercados internacionales les permite subsidiar el precio de la carne en el mercado interno, como hace el Consorcio ABC con los cortes baratos que envía a los supermercados, pero que eso ya no será posible y deberán por consiguiente competir contra la oferta que hagan los exportadores que llegaron a un acuerdo de precios con el Gobierno.
“Para nosotros era la única manera de darle más barata la carne a la gente, subsidiando con la exportación el precio al mercado local, pero ahora no vamos a poder llegar de ninguna manera a los valores de los 7 cortes que impuso el gobierno”.
Al respecto agregó: “la medida de impedir la exportación de 7 cortes nos afecta directamente. Es una competencia desleal, porque nos vamos a encontrar con sobrantes de la exportación a precios subsidiados mientras nosotros tenemos que comprar la hacienda en un mercado de valores firmes, con invernada y comida cara y no podemos luego vender a 350 pesos el kilo de asado. Por eso queríamos exportar pero le dan el beneficio a un grupo reducido con una resolución que nos traba el trabajo a nosotros”.