El 28 de diciembre de 2021 ocurrió algo que no se veía desde hacía 36 años: seis lechones nacieron producto de un proceso de transferencia embrionaria. El evento -que sólo contaba con un antecedente exitoso realizado por el veterinario Alejandro Wust de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora- tuvo lugar en la en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), y fue propiciado por docentes y especialistas del Centro de Reproducción La Pampa (CERELAP).
“La técnica de transferencia de embriones consiste en recuperar o lavar los embriones de una cerda, evaluarlos, clasificarlos y definir si están en un estado de fertilización o no. Aquellos en buen estado se transfieren dentro de otra cerda. Son dos donantes para una receptora, es la fórmula que se utiliza”, explicó a Bichos de Campo Sebastián Ramos, veterinario miembro del proyecto y docente de la cátedra de Producción Porcina de la UNLPam.
Este proyecto que culminó con éxito había comenzado en 2018, impulsado por el interés de una empresa privada, pero fue interrumpido por la pandemia.
La técnica, que ya es ampliamente aplicada en bovinos, equinos y ovinos, fue realizada en forma quirúrgica e implicó una incisión de entre tres y cinco centímetros en el abdomen de la cerda. Esto sin embargo no es obligatorio, ya que el procedimiento también puede ser realizado a través de una sonda.
-¿Cuál es la utilidad de esta técnica?- le preguntamos a Ramos.
-Tiene dos grandes aristas. Una es la genética, que tiene que ver con todo el proceso de mejoramiento a través de cruzamientos, de conservación de especies puras o de producción de nuevas especies. Por otro lado está la parte sanitaria, que es muy importante ante las posibilidades de que ingresen enfermedades como la peste porcina y otras que andan dando vuelta. El embrión es el estadio más inocuo en cuanto a enfermedades. Si las barreras internacionales estuviesen abiertas, en el futuro podría servir para la incorporación de material genético a través de embriones, ya sea para importar como para exportar.
-¿Qué ventajas tiene esta técnica sobre las que normalmente se aplican en la reproducción de cerdos?
-La inseminación artificial, que es la que más se usa hoy en cerdos, va a seguir siendo la más utilizada. No creo que esta técnica llegue a manos de pequeños productores. Va a ser una técnica que van a manejar las empresas que producen genéticas para diferentes productores, tanto pequeños como medianos y grandes. Con respecto a la sanidad, impacta en todo el sector porque hay que ser sinceros, el ingreso de las enfermedades cuando las ha habido viene de la mano de las empresas, las que proveen las genéticas. Si los que producen las genéticas tienen un estatus sanitario perfecto los que la compran por ende también, es una cascada.
Ramos explicó que otro de los efectos positivos de este desarrollo está en la posibilidad de producir embriones para programas de xenotrasplantes, es decir el trasplante de órganos de animales a humanos.
“Recientemente hubo un caso exitoso en Estados Unidos, en un paciente al que le trasplantaron un corazón de cerdo y está vivo hace 25 días. Esto es el primero a nivel mundial y en Argentina hay equipos que ya están trabajan en la vinculación de embriones porcinos haciendo algunas modificaciones genéticas”, detalló Ramos.
Según el especialista, la transferencia embrionaria podría ser una solución también al problema del ingreso de animales en pie a la Patagonia. “Allí no pueden ingresar animales en pie por cuestiones de consanguinidad, porque no incorporaron nuevas genéticas. El embrión seria una solución en esa zona. El proyecto dio lugar a varias líneas de investigación”, señaló.