Matías Kulfas acompaña a Alberto Fernández desde el inicio de la gestión, en diciembre de 2019. Julián Domínguez llegó después, en septiembre de 2021. Ambos tienen a su mando las dos carteras “productivas” de un gobierno que dice estar obsesionado por incentivar la producción, pero sin embargo estos dos ministros casi no se habían compartido reuniones de trabajo y mucho menos se habían dejado fotografiar juntos. Después de varios meses de distanciamiento lo hicieron este miércoles, convocados por el poderoso sector avícola.
El ministro de Desarrollo Productivo y su par de Agricultura se habían reunido por primera vez el 22 de septiembre de 2021, cuando Domínguez recién entraba al gobierno, para hablar de varios temas que se cruzaban entre ambas carteras, pero en especial sobre el cepo a las exportaciones de carne. De allí quedó esta imagen del abrazo, que luego no se repitió por evidencias diferencias de criterio (de Kulfas, hay que recordarlo, depende el secretario de Comercio Roberto Feletti). Hubo otra reunión de trabajo, pero con Feletti y el ministro Martín Guzmán, a fines de noviembre, para analizar nuevos cortocircuitos con las exportaciones. Y quizás se cruzaron en algún otro acto protocolar. Pero lo evidente es que ambos funcionaron evitaban desde entonces que los vieran juntos.
Hasta hoy, en que Kulfas y Domínguez que mantuvieron una reunión con representantes del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), aunque en la gacetilla oficial se los identifica erróneamente con la “Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA)”, que está más enfocada a la producción de huevos. CEPA, en cambio, agrupa a los grandes empresas integradas que producen carne de pollo. De hecho en la reunión se habló sobre un nuevo plan para el sector, denominado “Carnes Complementarias Industrialización Avícola”.
Dos milagros hicieron los polleros: juntar a los ministros que esquivaban las fotos compartidas y hablar de un programa de fomento a la producción de la carne avícola, que se ha convertido en una competencia directa con la carne vacuna, ambas con cerca de 47 kilos anuales por habitante. La idea del plan, según contó la gacetilla, es incrementar un 15% la producción de carne aviar en los próximos 5 años.
“En los próximos 5 años se va a invertir en la modernización de 1.200 galpones y se otorgarán beneficios a las granjas avícolas integradas”, abunda la información oficial. La producción de carne de pollo superó 2,3 millones de toneladas en 2021.
Habrá que esperar a conocer bien la letra chica del plan oficial, que por ahora derrocha solo buenas intenciones. Por ahora se sabe que “para la aplicación del plan, el Gobierno Nacional conformará una mesa técnica de trabajo y de financiamiento para la construcción de políticas públicas que permitan un mayor volumen de toneladas de carne avícola, tanto para consumo interno como para exportación”. Aleluya.
El sector avícola, de la mano del presidente del CEPA, el veterano Roberto Domenech, suele confeccionar este tipo de planes y desarrollarlos con singular éxito, pues a principios del milenio su producción era de solo 900 mil toneladas anuales. esta vez los que cayeron en sus redes son dos ministros que, aunque visiblemente enemistados, se sacaron la fotografía junto a los empresarios.
Además de Domenech participaron en la reunión el gerente de CEPA, Carlos Sinesi; el titular de la empresa avícola Las Camelias, Raul Marsó; el presidente del Frigorífico de Aves Soychú, Francisco Santangelo; y el presidente de Granja Tres Arroyos, Joaquín de Grazia. También estuvo el secretario de Alimentos, Luis Contigiani.