Para el consultor económico Salvador Di Stéfano no existen dudas: la mejor manera en la que pueden defenderse las empresas agrícolas en la actual coyuntura, en la cual abundan las incertidumbres y los costos de producción suben a niveles escandalosos, es apostar fuerte por la soja en desmedro de los cereales.
Si bien, con los precios futuros actuales, los márgenes proyectados del negocio del maíz lucen favorables (con rendimientos normales, claro), Di Stéfano dijo que esa no es la manera adecuada de razonar en la actualidad.
“La ganancia de una empresa no se mide por hectárea, sino por cuánto pongo de mi bolsillo y cuánta plata me llevo. Y cuando hacemos esa cuenta con la soja pongo poca plata y me llevo más de la que pongo. Hay que tener en cuenta que estamos bajo un gobierno kirchnerista y que empujaron al sojización atacando al trigo y maíz y eso está pasando hoy”, advirtió en diálogo con Bichos de Campo.
Es decir: lo más razonable, según el analista, es apostar por el negocio que requiera una menor inversión y, por lo tanto, un mayor retorno por cada dólar invertido, sin mencionar, además, que el poroto es el producto agrícola menos susceptible de experimentar futuras intervenciones oficiales.
“Hacer trigo y maíz está muy caro. Y pedir crédito es caro; entonces este año es para ‘descansar’ y no volverse loco. El gobierno está ‘crazy’ con los impuestos y retenciones encubiertas al trigo y maíz, entonces me voy a la soja; así en el 2023 voy a tener soja y puedo esperar venderla ante el cambio de gobierno (nacional), que se va dar porque no va a seguir (Alberto Fernández)”, proyectó.
Di Stéfano –“Salva” para los conocidos– dijo además que, debido a las intervenciones gubernamentales, los precios de los cereales están cada vez más lejos de los costos de producción de los mismos, lo que implica asumir un riesgo importante.
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“Entre 2011 y 2015 lo que más daba era soja, se hacía poco maíz; luego vino (Mauricio) Macri, sacó las retenciones y eso alentó la rotación (con gramíneas). Pero ahora nos gobiernan Drácula y Frankenstein: no sabemos qué impuesto me van a terminar poniendo, entonces hay que ir a la soja y si me va bien hasta puedo guardar una parte para la campaña que viene y espero y miro”, recomendó.
Otro de los consejos aportados por el consultor es no quedarse en billetes. Pero eso no aplica solamente para los pesos, sino también para los dólares, que también se están desvalorizando luego de la súper emisión monetaria realizada por EE.UU. en los últimos dos años (un reflejo de ese fenómeno es el ajuste de valor de los commodities).
“Quien tenga granos del ciclo que está terminando, que no se quede con billetes en la mano, ni pesos ni dólares, que cambie todo lo posible por insumos u otros productos que requiera para desarrollar su actividad productiva, como tractores, postes, alambres, terneros, vacas, lo que se te ocurra”, apuntó.
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— @salvadistefano (@SalvaDiStefano) April 1, 2022