Las fábricas de biocombustibles siguen con problemas y de los serios. Luego de algunos meses con precios definidos y cierta calma, Rusia decidió invadir Ucrania. Eso disparó el precio de los commodities, entre ellos el de aceite de soja, que es su principal insumo para los elaboradores de biodiésel.
En medio de un periodo de incertidumbre de la economía local, con una inflación cada vez más alta, falta una definición oficial sobre el precio que debería regir en abril por el biocombustible que se le vende a las petroleras para el corte obligatorio de las naftas y el gasoil.
En este contexto, las empresas nucleadas en Cepreb, la Cámara de Empresas Pymes Elaboradoras de Biodiésel, trabajaron en forma parcial en marzo, pero dicen que no pueden seguir operando a partir de abril ante esta situación de alta incertidumbre. Algo parecido dijeron esta semana los elaboradores de bioetanol a partir de maíz, otro cultivo que tiene altísimos precios.
“Necesitamos que el precio se vaya de los actuales 140.000 a los 190.000 pesos por tonelada, lo que significa un 35% de aumento” dijo Alejandro Abad, el titular de la entidad. Agregó que si bien hay diálogo con las autoridades, la incertidumbre es alta porque en un par de días arranca abril y en este contexto no podrán seguir operando.
El empresario aclaró que con el precio de marzo, que fue de 143.265 pesos, hoy solo les alcanza para pagar el aceite (siempre que no haya más subas), que les cuesta 1.250 dólares por toneladas (que con un tipo de cambio de 111 pesos significan 140.000 por tonelada), pero no llegan a cubrir los demás costos de la actividad como salarios, insumos, costos de estructura y también los financieros, ya que cobran recién a los 45 días. Por eso piden semejante salto, sin el cual se haría inviable el funcionamiento de las pymes.
Los empresarios del rubro entienden que esto impactaría en la inflación. Pero avisan que peor es que el país se quede sin energía en contexto en el cual ya está faltando gasoil, un combursible que se importa y que bien podría ser sustituido con biodiésel.
Pero por otro lado, aclaran que el impacto de este aumento -en caso de que se los concedan- debería ser menor teniendo que el biodiésel de soja representa tan solo el 5% del consumo nacional, ya que por decisión del gobierno se redujo el corte obligatorio del gasoil a ese porcentaje.
Abad señaló que resulta un contrasentido que no haya política de Estado que desarrolle los combustibles renovables, lo que haría que la Argentina se independizara de situaciones como las que vive el mundo y que también afectan a la producción local y en particular al agro, que está en plena cosecha de soja y maíz y no encuentra una provisión estable de gasoil.