Estamos en un restaurante y la mayor parte de los clientes piden milanesas, pastas y tortilla de papa. Pero hay uno que comió centolla con una botella de vino cuyo valor asciende a varias decenas de miles de pesos. Llega el momento de pagar la cuenta y este último exige que se sumen los consumos de todas las mesas para luego promediar la cuenta por abonar entre todos los clientes. ¿Parece algo justo?
Global Footprint Network, la ONG que mide el “Día de la Deuda Ecológica Global”, elabora un mapa de balance ecológico en el cual se evidencia que casi todas las naciones sudamericanas, Australia y Nueva Zelanda cuentan con superávit ecológico, mientras que EE.UU., Europa, Medio Oriente, el norte de África, India y China registran elevados déficits al respecto, lo que implica que la población que reside en esas áreas excede la biocapacidad presente en las mismas y necesita compensar el desbalance por medio del comercio, liquidación de activos naturales o emisiones excesivas de dióxido de carbono. Sin importar tales diferencias, el “Acuerdo de París” determina que la “factura” debe ser abonada por todos.
El influencer Santiago Maratea consiguió recaudar donaciones por sumas millonarias para adquirir equipos destinados a combatir incendios. Y luego, en redes sociales, pidió a “gobernantes y partidarios” que traten el proyecto de ley de humedades.
La iniciativa en cuestión propone realizar un “Inventario Nacional de Humedales” para instrumentar un “ordenamiento territorial” en el cuál debería hacerse un aprovechamiento “sustentable” con previa autorización de la autoridad ambiental. El proyecto prevé además delimitar áreas de “conservación” en las que no se podrá producir nada, las cuales, para compensar el lucro cesante, recibirían compensaciones de un “Fondo Nacional de Humedales”.
Gobernantes y partidarios, cuando terminen de hablar de mi hablen de la ley de humedales porfa 🙏🥰
— santumaratea (@santumaratea1) February 21, 2022
La cuestión es que el espíritu del proyecto de la ley de humedales es similar al de la Ley 26.331 (“Ley de bosques”), la cual fue violada sistemáticamente durante una década por el Estado nacional porque jamás integró el Fondo de Conservación –que supuestamente debía compensar a los propietarios de las tierras que quedaron fuera de producción– con la cifra determinada por esa misma legislación.
La legislación vigente determina que en 2022 el Fondo de Conservación de Bosques Nativos debería ser por lo menos de 45.000 millones de pesos. Sin embargo, el proyecto de Presupuesto 2022 asigna una partida de apenas 1212 millones de pesos (es decir: apenas un 2,6% del monto correspondiente).
Si Santiago está preocupado por la cuestión ambiental, antes que un proyecto de humedales debería pedir al gobierno que cumpla con lo establecido en la “Ley de bosques”. O bien podría realizar una colecta para juntar los 43.788 millones de pesos que faltan para completar el Fondo de Conservación de Bosques Nativos del presente año.
Un detalle no menor es que el proyecto de ley de humedales implica aumentar el gasto público en un momento en el cual el Estado nacional está técnicamente quebrado y se financia con emisión monetaria que genera inflación y pauperiza de manera progresiva a la población.
Resulta insólito además que un país en el cual más del 54% de los niños menores de 14 años es pobre tenga que resignar vastas extensiones de tierra en las cuales se elaboran productos agroindustriales que son prácticamente la única fuente de divisas con las que cuenta la economía argentina. En definitiva: el agro es el único “empleo” que tiene el país en el mundo y todos los argentinos que quieran volver a renovar en algún momento el celular o las cubiertas del auto deberían entender la importancia de cuidarlo.
Por tales motivos, una ley de humedales, además del daño directo generado a las empresas que deban salir de producción, implica un atentado de orden general con mayor poder de destrucción que cien mil incendios simultáneos alimentados con napalm.
¿Entonces no es factible hacer nada desde el Estado para cuidar los humedales? Sí, se puede copiar, por ejemplo, el programa vigente en EE.UU., el cual, además de ser voluntario, abona una compensación a los propietarios que quieran dejar de producir sus establecimientos.
El proyecto argentino de humedades, en lugar de voluntario, pretende ser compulsivo y atender los pagos con promesas que todos saben que no van a cumplirse. ¿A cambio de qué? De una palmadita en la espalda de las naciones que cuentan con déficits ecológicos gigantescos.
¿Qué hacen las naciones civilizadas para proteger los humedales?
Si alguna vez un amigo extranjero me pregunta a qué nos referimos con “rancia oligarquía” le voy a mandar el link a esta nota. Nefasto.
Da náuseas el artículo. ¿Piensa que todos somos imbéciles?
Totalmente de acuerdo!
Porque trasladas culpas a quien esta haciendo algo bueno? Decis que Maratea tiene la culpa de que el estado no cumple una ley y por lo tanto no pida que se trate otra ley? Que tiene que ver una cosa con la otra?
La oligarquía nunca quiso Ley de Bosques y menos aún Ley de Humedales. Habrá que ganar la ley e las calles.
La oligarquia está en el senado y casa rosada. No repitas lo que dicen los demas sin saber
Que artículo nefasto. La no respetada “Ley de bosques”, la pobreza del país, el desastre ecológico que hacen algunos países “industrializados”, no quita que Argentina no deba hacer bien las cosas. En esta lo banco a Maratea.
Artículo nefasto, que solo le interesa el $$$ y no el medio ambiente. La Ley de Humedales, es necesaria. Tiene y debe salir. Hay una parte del artículo que es bastante hipócrita. Hablan del hambre, de la productividad del campo. Yo no Vi ninguna gran corporación trabajando en crear fuentes de trabajo o ayudando a qué no haya hambre. El campo corporativo, quiere generar mucho y mucho dinero, con poca mano de obra y esa poca usurera, sin importar el medio ambiente y la sociedad. Solo les importa acrecentar sus cuentas bancarias.
Con argumentos inentendibles el lobby corporativo y sus empleados bien pagos, equivalentes a los trolls de la política, se encargan de defenestrar una iniciativa que tanta falta hace en Argentina. El cuidado del ambiente es en si mismo una estrategia de desarrollo.
Como de costumbre, las ‘ironias” del redactor sólo constituyen una defensa sin fundamentos sólidos de las grandes corporaciones. Se entiende que son sus patrocinantes, pero podria disimular un poco con argumentos cientificos, en vez de alaridos para la tribuna. Una cosa más, no es una verdad indiscutible que la emisión genera inflación. Hay que estudiar, antes que escribir y vociferar a coro tales pavadas
Es nefasto este artículo, porque pones el foco solo en la guita y no en lo importante de preservar la biodiversidad. Digo problemas de plata y pobreza hay en todas partes del país pero, querer buscar la parte de lucro o ganancia en los humedales para justificar una explotación de esos recursos y ambientes valiosos con el pretexto de que no se había compensado a los productores antes con la ley de bsoques. Luego comparar esto y decir que es peor que incendios forestales… Siendo gente de campo que debieran saber de la importancia del oxígeno y los ciclos biológicos que tienen esas reservas.
Cómo siempre pensando solo en Divisas y ganancias. Hay que poner el foco en porque esos lugares se están explotando, porque se deforesta en la Mesopotamia para producciónes agrícolas las que pensar en si se crea una ley se deba compensar porque esas empresas perderían.
NEFASTO
Esta patetica nota denuestra que son ellos mismos los que estan destruyendo el planeta. Ley de humedales ya!!!
Hiba justamente a manifestar mi total disconformidad con el enfoque de la nota. Cuando me puse a leer las opiniones. Espero de que de aquí en más. Y habiendo trazado el perfil del público que los sigue y Lee sus notas. No vuelvan a equivocarse.
El título de la nota violento y amedrentador. De ahí en adelante todo en la misma línea. Siempre quieren meter el discurso de “alimentar al mundo”, “producimos alimentos para el pueblo”, “vamos a sacar al país de la pobreza”. Otro que no se sacó de la cabeza la falaz dicotomía entre ambiente y desarrollo.
Cómo están los trolls del dogma del cambio climático. Aflojen un poco que les va a hacer mal al corazón tanta mala sangre…
Este artículo, nefasto y falaz por donde se lo mire, es la confirmación de que lo que la ciencia viene denunciando es deliberadamente ninguneado por el lobby agroexportador: el agronegocio (incluyendo toda la cadena de producción de fertilizantes, transporte y distribución) es responsable por el 39% de las emisiones de GEI del país. Lo que no legislemos hoy, determinará la imposibilidad de obtener alimentos en un futuro muy cercano. La referencia a la pobreza infantil es de un cinismo difícil de igualar: ningún niño pobre se verá beneficiado con los resultados de la sobreexplotación de nuestros bienes comunes: somos cada vez más pobres, y eso es, en buena medida, gracias al extractivismo. Agradezco a Santiago Maratea por su gesto y por su accionar, pero sobre todo por haber dejado, sin querer, en evidencia a los lobistas del agronegocio ecocida.
El que escribe la nota parece no haber notado que la pobreza estructural (y la deuda externa) comenzó a crecer desde la segunda mitad de los años 70′, en forma notablemente paralela a la adopción del modelo extractivista agroexportador primarizado y a la desindustrialización que acompañó a la quiebra y extranjerización de las empresas de capital local.
Él quería ser de los que comen centolla y toman vino caro…nefasto este artículo
Ezequiel Tambornini conseguite un empleo honesto.
Este artículo constituye una falta de respeto hacia el lector y la palabra “nefasto”le queda chica.
Busca desprestigiar la imagen de un pibe que se colgó al hombro la responsabilidad de nuestro jefe de Estado, tildándolo de ignorante y tratándonos a nosotros como tales.
Necesitamos que salga la ley de humedales y que dejen de hacer mierda la poca tierra que nos queda. El agronegocio no solo no soluciona el problema del hambre de nuestro país, sino que es un gran responsable de la contaminación ambiental . Leí por ahí que nos “relajemos un poco con el tema del cambio climático”. A ese buen cristiano de pocas luces que se esconde detrás del anonimato de la Web le recuerdo que sin recursos naturales nos morimos todos; que no tenemos a donde ir si empieza a explotar todo por las catástrofes naturales que nosotromos mismos estamos causando y que sin árboles no hay oxígeno, sin oxígeno no hay vida.
Estimado Ezequiel, entiendo que sos un especialista en el tema humedales, en vez de educar a una persona que se interesa por el prójimo intentaste presentar tu proyecto de ley?, solicitaste a algún bloque parlamentario ser participe? Santiago, sin saber cómo vos, se movilizó para ayudar, en vez de atacado podrías intentar sumar y pararte como sabio interpelados, de esos ya hay muchos.
El columnista ignorante que ha escrito este articulo no solo, no es especialista en el tema que trata (a quien se le ocurre proponer una ley del USDA, uno de los principales paises destructores del planeta, para Argentina que aun valora su poca o mucha biodiversidad), sino que ademas es un irrespetuoso y “mala leche” con el unico pibe que desde las redes y lugar de exposicion que tiene a asumido con responsabilidad civica lo que muchos no se atrevieron de ningun sector politico, medios, empresarial y social. Todo incongruente el planteo del articulo. Impresentable. No podes educar a nadie de esta forma, sos mal tipo. Pedi disculpas si tenes un poco de dignidad.