En Corrientes la sequía y los incendios dejaron a la ganadería sin oferta forrajera y con poca posibilidad de que se recomponga rápido como para poder entrar en mejores condiciones a las actuales al otoño-invierno y así lograr que la vaca cuente con un ambiente más apto para su recomposición y preñez.
Ignacio Martínez Alvarez es productor agropecuario y presidente de la Fucosa de Corrientes (Fundación Correntina para la Sanidad Animal) y maneja dos campos familiares dedicados a la cría, ubicados en Curuzú Cuatiá y en Colonia Tabay, departamento Concepción. Cuenta que la situación es de “desastre total”.
“Pasamos un verano muy bravo en la provincia y muy extraño también, porque tuvimos varios días seguidos de altísimas temperaturas, con más de 40/45 grados. Pero lo más raro fue que al mismo tiempo hubo niveles de humedad muy bajos, de 20/25% nada más”, describió el productor.
Esta situación está obligando una reducción del rodeo para que pueda sobrevivir la hacienda que tiene mejores posibilidades de seguir siendo productiva. El pasto, queda claro, no alcanza para alimentar a todas.
“La estrategia en nuestra empresa y en muchos productores es la de vender todo el ternero y dejar muy pocas terneras para reposición. Además, se está vendiendo la vaca preñada de mayor edad para liberar los campos, a la espera de que se recompongan las pasturas para alimentar lo que quede”.
Lamentablemente hasta abril no se esperan lluvias considerables en la región, según cuenta Ignacio, lo que para una zona que ya viene muy castigada es demasiado tiempo.
Esta situación climática y la estrategia que están siguiendo los productores derivará en una reducción del stock vacuno, que sumaba 4,8 millones de animales en el último recuento de la Fucosa. “No sabemos cuántos animales van a quedar, cuál será el nivel de impacto, pero seguro se va a reducir el rodeo ganadero provincial”, arriesgo el ganadero.
Para ayudar a los productores, desde la entidad están trabajando con la Fucofa entrerriana en la flexibilización de la aceptación de lotes de ganado con garrapata que se requiere sacar de la provincia. “Es habitual que la vaca que se descarta se vaya a engordar a Entre Ríos para lograr el cambio de categoría, pero había estrictos controles de los que tenían garrapata. Lo que queremos ahora es generar un sistema que garantice la baja incidencia de este problema sanitario o su aparición resiente para que se acepten estos lotes”, explicó el productor.
Luego agregó: “Sin dudas el impacto económico y productivo es enorme, se reducirá el rodeo y la producción futura. Pero el mayor problema es el desánimo de los ganaderos, los campos quedaron pelados, como si fueran el patio de una casa”.