El titular del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Martín Hinojosa, consideró que es valido que las bodegas del sur del país utilicen la Indicación geográfica “Patagonia” en sus etiquetas. Esa IG había sido autorizada en 1999, pero luego un particular que había obtenido insólitamente esa marca reclamó a las bodegas que la utilizaban. Esto derivó en una imposibilidad que duró más de 12 años.
Hinojosa, a través de una resolución publicada en el Boletín Oficial, trató de poner punto final así a una larga historia vinculada a la utilización de ese término en los vinos de aquella región. Lo hizo al amparo de los términos de la Ley 25.163 sancionada en 1999, y que estableció las normas generales para la designación y presentación de vinos y bebidas espirituosas de origen vínico de la Argentina. Esta legislación es previa a una general sobre IG y DO (Denominaciones de Origen) para el resto de los alimentos. Allí ya se habla de las Indicación de procedencia y la Indicación geográfica de los vinos, así como de la Denominación de origen controlada.
Esta aclaración oficial respecto de los vinos de la “Patagonia” fue solicitada por Dante Rubén Patritti como presidente de la Cámara de Bodegas Exportadoras de la Patagonia Argentina, porque este grupo de empresas no podía utilizar este término o IG a pesar de que hace más de veinte años el propio INV la reconoció, el 22 de diciembre de 1999. Diez años después el organismo canceló ese permiso y solo permitió que se utilizara la denominación “Patagonia Argentina”.
¿Qué sucedió? Hubo varios juicios por daños y perjuicios entre la bodega rionegrina Humberto Canale y otros establecimientos de la región promovidos por un hombre llamado Patricio Munetta, que había registrado la marca “Patagonia” ante el Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual (INPI). En al caso de Canale, un fallo del Juzgado Federal de General Roca del 9 de septiembre de 2014, “declaró la nulidad de la marca”.
Aquella sentencia sostuvo que la marca Patagonia “no puede ser registrada para un producto alimenticio -en este caso particular, para vinos- porque tiene la aptitud potencial de inducir a engaño al consumidor no únicamente sobre su origen -nada impediría al titular de la marca comercializar con ella vinos originarios de otras regiones- sino sobre las cualidades que el inconsciente colectivo consumidor atribuye a los productos patagónicos, de donde la posibilidad de error acerca de los atributos positivos asociados a aquellas cualidades es un hecho más que evidente”.
Así las cosas, si bien la extinción del registro marcario implicó que el uso de Patagonia como IG ya no se encontraba vedado de las resoluciones del INV, este reconocimiento no estaba planteado de manera expresa por las autoridades vitivinícolas argentinas. Y de hecho, en las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea, ese bloque presentó objeciones a la utilización de esa IG, sosteniendo que esta denominación ni siquiera estaba registrada en la Argentina.
De allí que las bodegas de la región austral pidieron “que el INV, del modo que mejor proceda, se exprese sobre la vigencia de Patagonia como IG y la licitud de su uso”. Es lo que ahora hizo Hinojosa.
Ahora las bodegas de Río Negro, Neuquén y Chubut podrán volver a colocar la palabra “Patagonia” en sus marquillas. No pudieron hacerlo desde que la Resolución 10/2009 del INV, para sortear el problema de que el INPI había otorgado la marca registrada “Patagonia” al señor Munetta, consideró que lo mejor era utilizar la IG “Patagonia Argentina” como sinónimo.