La gacetilla de la Jefatura de Gabinete de Ministros dirá que Juan Manzur recibió este miércoles en su despacho a varios funcionarios para analizar la factibilidad de poner en marcha un plan de riego diseñado para la Argentina junto a la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) y que abarcaría la ejecución de 21 proyectos de riego en 12 provincias. Esto, según la lupa siempre generosa de la información oficial, “permitirá generar más de 52 mil empleos y una proyección de incremento de las exportaciones de 1.180 millones de dólares anuales”.
No hay mucho más detalles sobre la actualización de aquel proyecto, ni cómo se financiaría, ni los plazos ni el lugar exacto de las obras. Solo se afirmó que “la iniciativa consiste en 21 proyectos de ampliación de la superficie irrigada que abarcan a 12 provincias (Buenos Aires, Catamarca, Chubut, Corrientes, Entre Ríos, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán)”. En aquel momento, la superficie bajo riego era de 2,1 millones de hectáreas.
Eso sí, se aclara que para redactar este nuevo plan de expansión de las zonas irrigadas en la Argentina se utilizó “como insumo un estudio sobre la ampliación de las áreas de riego en la Argentina que elaboró la FAO en los años 2014 y 2015. En este trabajo quedaron señaladas un conjunto de áreas a desarrollar que permitirían llegar a las 2 millones de hectáreas adicionales bajo riego”.
En aquel momento se realizó un taller específico para presentar el diseño de aquel plan, que fue estructurado entre la FAO y el Prosap. El Prosap era un programa para administrar obras agropecuarias en las provincias que se atendía con financiamiento internacional y que manejó hasta la llegada de Cambiemos al gobierno, en 2015, el tucumano Jorge Neme, un hombre ligado a Manzur que ya con el regreso del peronismo al poder se desempeñó primero como vicecanciller y ahora como vicejefe de gabinete.
Neme participó de la reunión para analizar este tema entre Manzur y el ministro de Agricultura, Julián Domínguez. Además estuvieron el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; y los presidentes del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, y del Banco Nación, Eduardo Hecker.
“El propósito del encuentro fue analizar el núcleo de una política pública de inversiones que permita el incremento de la producción de agroalimentos, a partir de la ampliación de la superficie agrícola irrigada en la Argentina”, explicó el propio Neme en la gacetilla.
La hipótesis de trabajo es que llevar adelante el viejo plan de la FAO y el Prosap permitirá “generar más de 52 mil empleos y una proyección de incremento de la producción exportable de 1.180 millones de dólares anuales a partir del segundo año”.
Los proyectos pendientes incluyen la incorporación del riego integral de 400 mil hectáreas y la habilitación de otras 600 mil hectáreas para la producción ganadera. “La oportunidad de llevar adelante dichas iniciativas no solo implica beneficios económicos y productivos, sino que permite generar mejores condiciones para fomentar el arraigo y el desarrollo de las comunidades rurales”, se explicó desde la Jefatura de Gabinete.
Este es el viejo estudio de la FAO y el Prosap:
1._Documento_de_Sintesis__Estudio_Potencial_de_Ampliacion_de_Riego_Existente