Las restricciones impuestas a las exportaciones de carne vacuna poco sirvieron para limitar el aumento del precio de la carne. Ya contamos que la suba del alimento en 2021 fue de 60% en el mercado interno, donde pollos y cerdos tuvieron incrementos menores pese a tener abierta la posibilidad de volcar syu producción al extranjero.
Pese a ello, las limitaciones que se implementaron desde mayo pasado seguirán en este ciclo y posiblemente hasta fines de 2023, aunque en términos en principio más flexibles, siempre que el Observatorio creado por el gobierno no decida imponer ninguna normativa más que restrinja el comercio.
En el semestre en que estuvieron vigentes, las restricciones a los embarques de carne vacuna causaron fuertes pérdidas en la cadena ganadera, según los cálculos de la analista María Julia Aiassa, que trabaja en el Rosgan. Aunque no se conocen las cifras oficiales de diciembre, se estima que el año terminará finalmente con embarques por 800 mil toneladas equivalente res con hueso.
Si se miran lo números totales parecería que lo vendido al extranjero el año pasado no se redujo tanto respecto a lo alcanzado en 2020, cuando se despacharon poco más de 900 mil toneladas de carne vacuna. Tampoco en relación a la estimación inicial, según la cual Argentina podría haber exportado 1 millón de toneladas en 2021. En el primer caso la caída finalmente fue del 8%. Con respecto a la proyección la merma fue de 20%.
Pero según Aiassa las cuentas fueron bien distintas. Dice la especialista que si descontamos del análisis la exportación de huesos -que llego a 95 mil toneladas, duplicando el resultado de 2020- y nos “limitamos el análisis a la carne vacuna propiamente dicha, la caída del volumen exportado en los primeros once meses del año asciende al 18% anual”.
Esta situación es más evidente aún “si a los efectos de analizar el impacto de las medidas implementadas, la comparación la realizamos considerando los volúmenes embarcados a partir del mes de mayo”. En ese caso, “la caída asciende al 27,5% interanual en lugar del 8% que muestran las estadísticas totales”.
Además, por lógica, hubo impacto a nivel de la generación de los dólares que tanto importan a medios, economistas y sobre todo a los funcionarios. “Nos referimos al fenomenal incremento de precios capturado durante el último año, en relación a lo negociado en 2020”. Fue la fuerte suba de la carne vacuna en el mercado internacional la que “permitió un ingreso de divisas por 2.500 millones de dólares en enero noviembre”.
“Lo que no reflejan estas cifras es lo que Argentina ha dejado de generar, producto de las restricciones impuestas por el gobierno sobre el sector exportador desde el mes de mayo”, explicó Aiassa.
Desde esta mirada, entre mayo y noviembre Argentina exportó unas 325 mil toneladas totales, incluyendo huesos. Esto equivale a unas 78 mil toneladas menos que lo exportado en igual período de 2020.
“Si valorizamos tan solo este tonelaje por el precio promedio registrado durante dicho período (5.232 dólares por tonelada), estamos hablando de una pérdida de ingresos para el país de unos 408 millones de dólares en tan solo siete meses”, resumió.
Pero cuando la cuenta se hace con respecto a las proyecciones de los primeros meses la pérdida es mucho mayor. El mercado mundial estuvo muy demandante y Argentina contaba con mercadería para abastecerlo, resignando claramente algo más de consumo interno. Pero las políticas fueron por otro camino.
“En los primeros cuatro meses del año (enero-abril) las ventas al exterior marcaban un volumen 19% superior al registrado durante el primer cuatrimestre de 2020. Por lo tanto, si extrapolando esa tendencia computáramos además a ese mismo valor (5.232 dólares por tonelada) al volumen que potencialmente dejamos de capturar en dicho período (unas 155 mil toneladas). El ingreso de divisas que ha perdido el sector y el país en su conjunto asciende a más de 800 millones de dólares”.