Se podría decir que al veterinario Jorge Preteigne, más que el bichito de la curiosidad, las que lo picotearon fueron las gallinas.
Nacido y criado en el campo, luego de recibirse en la universidad, Preteigne se alejó de la ciudad y regresó para especializarse en bovinos y ovinos. Ante la necesidad de trabajar, arribó a la ciudad bonaerense de Rauch, donde un grupo de avicultores necesitaba asesoramiento. Tras conocer a los productores y visitar los criaderos, elaboró un programa sanitario que le valió una invitación al Club Avícola de esa ciudad. Sin saberlo, encontró allí un nicho del cual nunca se alejaría.
“Un día los avicultores me regalaron un gallo y dos gallinas Plymouth Rock blancas y me entusiasmé. Primero porque siempre me gustaron los animales, por eso también estudié veterinaria. Pero además porque fui descubriendo que todas las aves son distintas. Hoy hace ya más de 35 años que estoy en la actividad”, contó Jorge Preteigne a Bichos de Campo.
Mirá la nota completa acá:
Luego de aprender todo lo que pudo de la mano de otros productores de la zona, el veterinario abrió su propio criadero, que fue llenando con distintas especies que siguen los estándares de la “Norma de la Perfección de Inglaterra de 1929”. Hoy cuenta con ejemplares de Orpington Leonado, Plymouth Rock, Marans, Old English Game, Bantam y Cochinchino en ocho colores diferentes.
Para él, su trabajo se caracteriza por ser artesanal y contrario a la uniformidad que en la mayoría de los casos se impulsa desde la gran industria avícola. “Hoy en día es un hobby, una pasión, porque se cría en calidad, no en cantidad. Y se trata de perfeccionar a las aves, para que sean lo más parecido a ese patrón que está escrito. Y eso luego se lleva a las exposiciones”, indicó el devenido rauchense.
-¿Qué satisfacciones le han dado los concursos?- preguntamos a Preteigne.
-En muchos años he tenido la suerte de sacar grandes campeones y varios premios. El gran campeón es el animal que compite entre todos los campeones. No es fácil pero tenemos una gran relación de mucha amistad con todos los criadores. Nos pasamos horas hablando sobre determinadas características de las aves con otros avicultores. Hay veces que llevamos aves a las cenas y estamos horas observando a los animales.
-¿Qué le diría a alguien que quiere empezar con esto?
-Puede ir a una exposición a adquirir ejemplares. Va a poder ver las tarjetas de cada uno, el premio que tienen, la mención, etcétera, y eso lo puede orientar. Y también acercarse a criadores que tienen una determinada trayectoria en una raza, y adquirir ejemplares de esa gente porque ya sabe que sabe que es bueno.
-¿Es importante la constancia en esta actividad?
-Hay que tener mucha constancia y le tiene que gustar. Se tiene que apasionar y si es posible empezar de joven, porque eso hace que tenga una mayor trayectoria y pueda desempeñarse en este rubro que es muy lindo. Además tenemos muchísimos amigos, a donde vamos en cualquier lugar del país tenemos avicultores que nos abren las puertas.