A pesar de todo, los resultados previstos para la campaña agrícola 21/22 pintan positivos. Y decimos “a pesar de todo” porque este año además de la permanencia de altos derechos de exportación y desdoblamiento cambiario se suma la caída de los precios internacionales -con respecto a los que hubo en el ciclo previo-, se produjo una fuertísima suba de insumos agrícolas, como fertilizantes y agroquímicos, y también hubo una revisión al alza de los alquileres pautados meses atrás.
A eso hay que sumar la incertidumbre climática. Los meteorólogos estiman una reducción de los niveles de precipitaciones desde fines de noviembre, lo que podría afectar los rendimientos. En definitiva, lo único que juega a favor del agricultor es el precio y por eso la recomendación de los analistas del mercado respecto de la toma de coberturas.
Pero “a pesar de todo”, y de acuerdo con un informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Córdoba, para “la campaña 2021/22 se estima una rentabilidad promedio (para los agricultores de esa provincia) menor a la de la campaña 2020/21, aunque superior a la de las campañas 2018/19 y 2019/20, con la excepción del trigo”.
Si bien los precios esperados para esta campaña en los diferentes productos se encuentran por encima de los promedios históricos, “el aumento de los costos de siembra y cosecha, así como el arrendamiento de la tierra, reducen la rentabilidad que se espera para la campaña 2021/22 en comparación de la campaña previa”.
Los técnicos de la entidad dijeron que en este contexto, “las proyecciones de rentabilidad para la provincia de Córdoba son del 11% para la soja, 19% para el trigo con soja de segunda, 22% para el maíz temprano y 10% para su contraparte tardía”.
El único producto que podría dejar una renta negativa es el maíz tardío, según los diferentes escenarios de márgenes agrícolas trazados por la entidad: “La cuenta es negativa, de -5%, en uno de los escenarios esperados, el mismo se daría con un rendimiento de 80 quintales por hectárea y un precio de 167 dólares por tonelada”.
Gonzalo Augusto, economista de la Bolsa de Córdoba, hizo especial hincapié en la cuestión cambiaria y su impacto en las cuentas de los productores: “Si el productor, que recibe el dinero en pesos, desea comprar dólares, no obtendrá este monto debido a la imposibilidad de comprar dólares al precio oficial. Deberá recurrir a la compra de dólar MEP o de dólar no oficial, encontrando una merma en sus ingresos medidos en dólares”, explicó.
Esa merma varía según el producto: “En el primer escenario diseñado se observa una rentabilidad en dólares menor a la del tipo de cambio oficial por un 43%, mientras que para el segundo y tercer escenario esta baja se estima en 48% y 37%”.