En su reunión del jueves pasado, la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CNTBio) pospuso hasta noviembre el debate sobre una posible aprobación en ese país del trigo transgénico HB4, que fue desarrollado en la Argentina por la empresa Bioceres para poder sembrar ese cereal en un contexto de estrés hídrico o sequía.
El asunto mantiene en vilo a toda la industria triguera de ambos países del Mercosur, pues se trataría del primer trigo modificado genéticamente aprobado en este bloque comercial para su siembra, y el único en el mundo. La Conabia, autoridad regulatoria de la Argentina, aprobó este evento en agosto de 2020, pero condicionando su liberación definitiva a campo a que sus pares en Brasil tomaran una definición semejante. Allá, la CNTBio viene aplazando una decisión desde junio pasado.
Como se observa en el documento adjunto, la discusión sobre el evento IND-00412 estaba al tope de la agenda de temas a tratar en la reciente reunión de la CNTBIo. La solicitud, que pide la liberación comercial de ese trigo transgénico “para uso exclusivo en alimentos, raciones o productos derivados o procesados”, fue presentada por la empresas Tropical Melhoramento Genético (TMG), representante de Bioceres en el vecino país.
Fuentes de esa empresa aclararon a Bichos de Campo que ellos no esperaban el tratamiento de este controvertido tema en la sesión de octubre y que la ansiedad respondía, más bien, a ciertos sectores que han venido manifestando su rechazo a la incorporación de un trigo transgénico en los países del Mercosur. En esta región, la Argentina es una gran productora del cereal, con cerca de 19 millones de toneladas, y Brasil es su mayor cliente, ya que importa unas 5 millones de toneladas cada año porque es deficitario.
La agencia de noticias Estado informó que el debate sobre el trigo HB4 “formaba parte del orden del día de la 245° reunión ordinaria de la CNTBio, pero aún no ha sido ‘deliberado’, según el presidente de la organización, Paulo Barroso. “La empresa solicitante remitió los documentos solicitados y la Comisión está investigando estos datos. Tan pronto como sea posible, tenemos la intención de deliberar sobre el asunto”, explicó el funcionario.
Barroso reconoció que en la CNTBio saben que hay varios actores sociales y económicos que siguen atentamente este proceso. Y que por lo tanto se trabaja para que “esta evaluación sea muy precisa”. Insistió luego que el organismo técnico está analizando el caso “con todo el cuidado necesario”.
El 10 de junio pasado, la CNTBio había solicitado a TMG información adicional y desde allí el tema está pendiente de tratamiento. Ahora ha sido pospuesto para la próxima reunión de noviembre. El proceso se inició hace más de un año y medio, en marzo de 2019.
Mientras aguarda la aprobación en Brasil para que se libere completamente el uso de su nueva tecnología en la Argentina, Bioceres ha hecho contratos con más de un centenar de productores locales para implantar la variedad HB4 sobre unas 55 mil hectáreas, que serán cosechadas el próximo verano y garantizarán una holgada oferta de semillas para la campaña 2021/22.
Pero esta posible aprobación del trigo transgénico es rechazada por gran parte de la cadena triguera, tanto en un país como en el otro. En Brasil, la resistencia más fuerte partió de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo), que representa a la industria molinera. En esa entidad se ha llegado incluso a amenazar con detener las compras de trigo argentino si finalmente se libera este desarrollo.