La producción algodonera está dándole los toques finales a una campaña que resultó muy buena a pesar de que el clima no acompañó lo suficiente. Pero ahora que está todo el algodón cosechado y vendido, aparecen los problemas para el despacho.
Carlos Almiroty, de la Cámara Algodonera Argentina, indicó que “hay declaradas casi 100 mil toneladas de fibra de las cuales se embarcaron 60 mil. De las otras 40 mil no tenemos certeza de cuándo saldrán, algunas incluso tienen la fecha de embarque vencida”.
Almiroty explicó: “Hay demanda de algodón, pero nos enfrentamos al gran problema del faltante de contendedores y de barcos. Eso hace que haya compradores internacionales retirados del mercado disponible y hasta de la cosecha nueva. Al no tener estimación del valor ni de cuando se podrá hacer el flete prefiere salir del negocio”.
Mientras tanto la fibra acumulada aguarda en desmotadoras o en depósitos en origen. Una verdadera lástima porque una buena comercialización sería el broche de oro final para una campaña que fue tan buen que alienta a los productores a lograr un incremento del área en el ciclo 2021/2022, aun cuando el pronóstico climático no sea el mejor para el nuevo año agrícola.
El algodón se comienza a sembrar este mes y Almiroty cree que se podrían superar las 500 mil hectáreas, lo que implicaría una suba de 20% con relación a la superficie del ciclo pasado. Con lo cual, en la Cámara Algodonera calculan que se podrían alcanzar las 300 mil toneladas de fibra.
Este cultivo regional le viene ganando área al girasol en el norte del país, de la mano de los buenos rindes, precios y porque el clima seco de los últimos años desalentaba la siembra de la oleaginosa.
En el ciclo que termina, Almiroty dijo que los productores algodoneros cobraron 1,90/1,92 dólares por kilo y que para la campaña nueva, si bien las cotizaciones bajaron a 1,70 dólar, “sigue siendo un muy buen precio y ya hay algunos haciendo contratos forward para cubrirse”.
“El balance fue muy positivo, pese a que se arrancó con un interrogante importante dado que, aunque se sembró y desarrolló el cultivo en un año Niña, los rindes fueron de buenos a muy buenos y con precios internacionales sobresalientes. Sin dudas, pese a los problemas de la economía argentina el sabor es de una muy buena campaña”, resumió el empresario.