Suele suceder en estos tiempos de grieta berreta que todos los políticos -en su afán de mostrar que ellos son mejores que los que están en la otra orilla-, intentan apropiarse de una serie de hitos que se registran durante su gestión. No se haga ilusiones, porque ni Néstor Kirchner, ni Mauricio Macri ni Alberto Fernández se harán cargo de haber coincidido con los mayores niveles de pobreza de la historia del país. No se trata de eso. Los “récords presidenciales” están siempre vinculados a cosas positivas.
Ahora resulta que es una buena cosa exportar carne vacuna, un “bien cultural” que nos representa y dignifica a todos los argentinos. En su afán de mostrar que aquí no se aplicó ningún cepo y mucho menos se cerraron las exportaciones de bifes, como dicen los medios embusteros, el nuevo ministro de Agricultura Julián Domínguez destaca que en 2020 fue el presidente Alberto Fernández quien logró batir “el récord histórico”, con 903 mil toneladas enviadas el extranjero.
Pero antes que eso, era Mauricio Macri el que se ufanaba de haber logrado la mayor marca histórica, ya que en 2019 -último año de su gestión- se embarcaron 845 mil toneladas que superaron el anterior récord. ¿A quién pertenecería éste? Pues supuestamente a Néstor Kirchner, quien antes de empezar a bloquear las exportaciones de carne en marzo de 2006, había convivido con otro volumen supuestamente histórico de 771 mil toneladas embarcadas en 2005.
Son todos medio mentirosos, a pesar de que nos digan embusteros a los periodistas. No fue, ninguno de los tres citados, el presidente argentino que pueda ostentar el récord exportador de bifes.
Marcelo Torcuato de Alvear fue presidente de la Nación entre 1922 y 1928. Y en el medio de su mandato, en 1924, la Argentina logró enviar al extranjero (Gran Bretaña era la China de aquel momento), el mayor volumen de carne vacuna de toda su historia. Fueron -según los datos oficiales recopilados por la Junta Nacional de Carnes que conserva el gran analista Ignacio Iriarte- exactamente 981 mil toneladas. Ese es hasta aquí el verdadero récord. Sucedió hace casi un siglo.
En 1924, los ingleses liberaban en la India al líder nacionalista Mahatma Gandhi, y además reconocían oficialmente a la flamante Unión Soviética. En otro extremo del mundo, en los Estados Unidos, el Ku Kus Klax desataba una ola de violencia contra los negros. Mientras que en París, el 2 de octubre de ese año, en un partido de fútbol entre Argentina y Uruguay el jugador Cesáreo Onzari, que provenía de Huracán, logra marcar el primer gol en la historia de las Olimpiadas. Esos sí que eran récords.
No puede ni siquiera uno imaginar a los trabajadores de los frigoríficos que en Argentina poseían sobre todo empresas de capitales británicos y estadounidenses, mirando ese gol de Onzari por televisión y festejando, pues recién unos muy pocos años antes, en 1920, se había realizado la primera transmisión de radio.
Como sea, en 1924, bajo la presidencia de Marcelo T. de Alvear, un presidente que provenía de la todavía joven Unión Cívica Radical (UCR), la Argentina producía 1,92 millones de toneladas de carne. Y de ese volumen total exportó las mencionadas 981 mil toneladas (el 51% del total), mientras que los argentinos consumieron 941 mil toneladas (el 49%).
Hace un siglo, no existía ni rastro de ese 24% que quiere imponer ahora Domínguez para custodiar la cultura gastronómica de los argentinos. Y nadie se quejaba de eso. Claro que en ese momento éramos solo 10 millones de habitantes por estas pampas, y por eso el consumo per cápita llegaba a una cifra extremadamente alta de 94 kilos anuales, casi el doble que ahora.
Como se ve, fue un presidente radical -no un peronista ni tampoco uno del PRO- el que ostenta el récord de exportaciones de carne.
Es muy útil revisar las estadísticas, sobre todo cuando hay gobiernos que las borran para alterar la memoria histórica de nuestro país. Uno que será recordado por eso fue Guillermo Moreno, el ex secretario de Néstor y Cristina Kirchner, que ahora suele decir que en “su gestión peronista” se lograron los récords de mayor consumo de carne de la historia.
También resulta falso: esa marca viene de 1956, año en que gobernaba la poco célebre Revolución Libertadora que derrocó con un golpe de estado a Juan Domingo Perón. En aquel año los argentinos llegamos a consumir la friolera de 101 kilos anuales de carne por habitante.
¿Y Cristina Kirchner? ¿No logró acaso algún récord vinculado con la carne vacuna durante su larga gestión? Por cierto que si, durante varios años, entre 2010 y 2015, la Argentina exportó sus mínimos históricos de carne, con menos de 250 mil toneladas anuales. El récord de las peores exportaciones de la historia serán -por ahora- las 188 mil toneladas anotadas en 2012.
En aquel triste récord, del que nadie quiere hacerse carfo, se juntan todos: Cristina que era presidenta, Moreno que era su secretario de Comercio y el propio Julián Domínguez, que venía de ser el ministro de Agricultura un año antes. Nunca como en ese momento la Argentina había compartido tan poco su bien cultural más apreciado con el mundo.