Eufórico, el nuevo ministro de Agricultura Julián Domínguez sigue repitiendo que este año la Argentina batirá récords en materia de exportaciones de carne vacuna, aún a pesar de las restricciones que aplicó el gobierno en ese negocio desde mayo pasado. Lo peor es que el funcionario lo dice y muchos medios de prensa lo repiten, sin chequear ni siquiera las estadísticas que lleva a cabo el propio Ministerio de Agricultura.
Domínguez este viernes viajó a La Pampa, donde mantuvo reuniones con productores ganaderos, anunció créditos subsidiados para ese sector y le devolvió los favores políticos al gobernador Sergio Ziliotto, quien el martes acompañó los anuncios sobre la liberación de las exportaciones de vaca conserva. Allí declaró -como ya hizo en repetidas ocasiones- que 2021 terminará con “récords de exportación”.
Según el ministro de Agricultura, que llegó al cargo hace diez días y se cargó encima la responsabilidad de recomponer las relaciones con el sector agropecuario, el año pasado (es decir el 2020) fue el “de mayor exportación de carne en la historia ganadera de la Argentina, con un 29% en la relación producción-exportación, el nivel más alto de la historia de exportación de carne en el país”.
Esto es efectivamente así.
Según los datos oficiales en 2020 se produjeron 3,16 millones de toneladas de carne de las cuales se exportaron 903 mil toneladas equivalente res con hueso (620 mil toneladas peso producto). En efecto se exportó cerca del 29% de la producción.
Domínguez remarcó que este buen desempeño positivo se dio en el primer año del gobierno de Alberto Fernández, como para dejar claro que este no es un gobierno anti-exportador.
El problema está en lo que continúa declarando el nuevo ministro: “Este 2021 Argentina va a exportar tanta carne que va a quedar como el segundo récord de la historia, vamos a superar el nivel del saldo exportable, porque estamos ante una aspiradora sin límites, como lo es China”.
Según las proyecciones de exportaciones que presentó Domínguez el día de los anuncios, con la liberación de la vaca vieja que usualmente se vende a China, en 2021 la Argentina podría redondear exportaciones por 779.376 toneladas res con hueso (553 mil toneladas peso producto). Esto implicaría que se exporte 25% de la producción total. Realmente sería un desempeño más que aceptable.
¿Y entonces cuál es el problema?
El problema es que Domínguez omite lo sucedido en 2019, último año de la gestión de Cambiemos, quizás para no darle ningún crédito a ese gobierno. En ese momento la Argentina exportó -siempre según la estadística oficial- 845 mil toneladas de carne res con hueso (570 mil peso producto).
Es decir que ese fue realmente el segundo mejor año en materia de exportación de carne. No lo será el 2021, como dice Domínguez.
Por eso hacemos un llamado a la solidaridad para que alguien le avise al ministro que se ha olvidado un año completo en esta historia.
¿Y por qué es importante que repare ese olvido? Para hacer un buen diagnóstico. Es evidente que la Argentina comenzó una senda de recuperación de sus exportaciones de carne cuando el estado Nacional desmanteló los controles que existían sobre los embarques (los temibles ROE Rojos, que además era fuente de una intensa corrupción), y además redujo las retenciones del 15 al 9%.
En 2015, en rigor, las exportaciones de carne tocaron uno de los niveles más bajos de la historia (solo fueron más bajas en 2012 y en 2001, con la crisis de la fiebre aftosa). Entonces -ultimo año del gobierno de Cristina y con los ROE vigentes- se exportaron solo 198 mil toneladas res con hueso.
Luego, desmantelados los controles, en 2016 se exportaron 230 mil toneladas; en 2017 fueron 313 mil toneladas; en 2018 subieron a 561 mil toneladas; y en 2019 las mencionadas 845 mil toneladas que ahora Domínguez borra de la estadística. En 2020 se llegó al récord de 903 mil toneladas, que este año se hubiera batido si el gobierno no hubiera impuesto el cepo exportador a partir del mes de mayo. En el sector se esperaba llegara casi 1 millón.
No se puede ni se debe manipular la historia. Este año no se registrará, como dice Domínguez, “el segundo récord de la historia”.
Tampoco es cierto que las medidas que ahora el titular de Agricultura trata de desmantelar hayan sido inocuas.
Pero ahí va el funcionario diciendo liviandades, esta vez en La Pampa: “La Argentina no cerró las exportaciones y lo cierto es que quienes hablan del cierre de las exportaciones de carne tienen dos propósitos. Uno de ellos es generar incertidumbre en los mercados de la Argentina. Nuestro país no perdió un solo mercado y no va a perder ninguno”, aseveró.
Sinceramente lanzamos un llamado a la solidaridad, para evitar cualquier síntoma de insanía en esta discusión. Si lo escuchamos al ministros, parece ser que los únicos responsables de generar incertidumbre en los mercados son quienes critican las restricciones y no el gobierno que impuso el cepo, y del que forma parte el nuevo ministro.