Con la intensión de formar una red de productores agropecuarios que ofreciera contención y acompañamiento, en 1932 se fundó la cooperativa Agricultores Federales Argentinos (AFA). Hoy, con casi 90 años en funcionamiento, se encuentra integrada por los hijos, nietos y bisnietos de aquellos colones que la fundaron, y ha consolidado su presencia en 130 localidades de diez provincias, siento las de mayor concurrencia Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.
-¿Y cuál es la función de esta red?
-Contener al productor agropecuario para que él y su familia tengan el mejor desarrollo productivo, la mejor inserción en su comunidad y pueda crecer tanto en lo humano como en lo educativo- explicó a Bichos de Campo David Castellano, un veterano directivo de AFA.
“Necesitamos ser oyentes activos de lo que el productor necesita”, afirmó el dirigente, que tiene origen chacarero como el resto de los socios de AFA.
Casi nueve décadas después, la red ha quedado cristalizada a nivel federal, ya que cuenta con 26 centros cooperativos, 63 sub centros, 39 oficinas comerciales y 8 representantes en distintas localidades.
Mirá la nota completa acá:
El crecimiento de AFA fue tal que desde hace un tiempo tienen en marcha varios proyectos en paralelo al trabajo de comercializar las cosechas de los productores y proveerlos de insumos.
Uno de ellos consiste en intervenir directamente en la formulación de una formuladora a través de la cual la cooperativa produce sus propios insumos agrícolas como insecticidas y herbicidas. “En algún momento nos planteamos como ser más autonómicos e independientes y pensamos en la necesidad de tener algo con la más alta tecnología y con un criterio también que defienda lo ambiental”, señaló Castellano.
El foco está puesto en el trabajo con productos exclusivamente de banda verde y azul, y el éxito ha sido tal que varias empresas hoy formulan sus insumos dentro de la planta construida por AFA.
La segunda iniciativa tiene que ver con el agregado de valor a la producción primaria, para lo cual la cooperativa ha comenzado a producir alimentos con marca propia. “El espíritu es trasladar un poco del campo a la mesa de todos los argentinos”, explicó Castellano.
“La sección alimentos fue cobrando cada día más importancia. Hoy tenemos una gama de productos muy grande y este esquema de llegar a la mesa es una forma de mostrar que la producción agropecuaria no es solamente el gringo que fumiga, sino que construye, a partir de su trabajo, el alimento que diariamente consumimos”, indicó el directivo.
Una línea de trabajo cada vez más intensa es hacer crecer la participación de AFA en el negocio de los remates ganaderos. Se le ha asignado importancia dado que muchos de los productores asociados siguen haciendo culto a aquello de la “chacra mixta” y también necesitan tener canales para vender sus bovinos.
-AFA llegó lejos, ¿pero conserva los valores que le dieron origen?- le preguntamos a Castellano.
-AFA no ha perdido el espíritu de los pioneros, aunque éste es un trabajo que hay que nutrir día a día. Ser solidarios sin perder de vista la justicia y la equidad. Por eso diseñaron una cooperativa solidaria en la base, en la que todos salieran a acompañar el proceso del más débil, del que circunstancialmente estaba mal. Eso se mantiene y el desafío es seguir siendo oyentes activos para acercarnos a las respuestas y a las soluciones.