El mercado ganadero hay dos tendencias marcadas. Mientras el precio de la invernada sube por la escalera, el del ganado con destino a la faena baja al primer subsuelo.
Si comparamos los precios nominales y promedios del Mercado de Liniers que se obtuvieron en lo que va de septiembre contra los que se dieron entre el 1 y 20 de mayo, la caída fue de poco menos de 2% para novillos, novillitos y vaquillonas. Esto significa una pérdida en términos reales del 15%, incluyendo la evolución de este tramo del año.
La excepción fue la vaca, que aumentó en forma nominal un 15% en ese período, al pasar de 113 a 130 pesos por kilo vivo en el promedio. La mejora tiene que ver con el faltante estacional, que se hace sentir a pesar del recorte en las exportaciones a China al 50% y de que muchos matarifes que antes peleaban por hacerse de estas haciendas quedaron fuera de competencia por las medidas oficiales.
Mientras el ganado para faena cae 15% y la carne en el mostrador también baja de precio -aunque en una proporción mucho menor, lo que da cuenta de cierta recomposición de márgenes en la cadena minorista-, la invernada va por otro carril y sigue subiendo.
Así, los terneros de 180 kilos se venden entre 240 y 260 pesos por kilo vivo, al menos 10% más de los valores registrados hace pocas semanas.
Este interés tiene que ver con diferentes cuestiones. Por un lado, hay un claro objetivo de los productores para no “quedarse con pesos en la mano”, una tendencia que viene sucediendo desde la zafra 2020.
Por otro lado, hay poca oferta estacional de terneros y esto se combina con el interés, en especial de recriadores, de aquellos productores que tienen campo y que pueden sumarle kilos a bajo costo. También con las compras de matarifes y frigoríficos que quieren asegurarse parte de la oferta para los meses que vienen.
La brecha entre un precio del gordo que tiende a estancarse o bajar y una invernada que se afirma es la que está dejando fuera de carrera a los feedloteros, que son los que pueden abastecer de hacienda en el corto plazo al mercado, y que están a su vez alertando de un posible faltante en los meses del verano.
Se verá entonces si las medidas del gobierno para incentivar el consumo dieron efecto y eso se traduce en mejores precios por el ganado para faena.