En medio del cepo a las exportaciones de carne, la faena de bovinos agosto fue bastante alta: sumó 1,133 millón de animales y fue superada sólo por la oferta de marzo pasado.
Las vacas representaron el 16% del total y las hembras apenas el 43% de los animales enviados al matadero el mes pasado. Continúa así la tendencia a la baja de los últimos meses. Esa caída se da en parte porque ya pasó la etapa de los tactos y en gran medida porque, ante las restricciones para exportar, muchos criadores buscaron la forma de retener estas haciendas antes que malvenderlas.
Del lado de los machos, fue baja la participación de novillos, apenas un 8%, al tiempo que la faena de novillitos sigue creciendo y representó en agosto el 46% de la oferta total enviada a los frigoríficos.
De todas maneras, la faena registrada el mes pasado, si bien fue la segunda más elevada del presente año, resultó un 2,0% inferior a la registrada en agosto de 2020. En el acumulado del año 2021, la faena registrada sumó 8,55 millones de cabezas, una cifra 6,4% menor a la de enero-agosto de 2020.
La combinación entre el aumento en los envíos de ganado para faena el mes pasado, junto con las restricciones que impuso el gobierno a las exportaciones de carne vacuna, incrementó el nivel promedio de consumo interno. Este escenario es el que permitió una muy leve baja del precio del alimento, de 1,4%, en un contexto electoral y en medio de un proceso de aceleración inflacionaria.
“Agosto fue el tercer mes completo con cepo y alta oferta interna”, resumió el analista Víctor Tonelli, que destacó que en “en los 5 primeros meses de este año el consumo fue de 43,5 kilos” y que “con las restricciones las exportaciones, el agregado de los 7 cortes prohibidos para la venta al extranjero y el aporte que deben hacer los exportadores en el marco del acuerdo de precios la oferta para el mercado interno creció 23,4%, lo que se traduce en un consumo promedio de 53 kilos en el período junio-agosto”.
En tanto, según sus estimaciones, en agosto el consumo promedio fue de 55,2 kilos, 10 kilos per cápita más que en los primeros siete meses de este año. Eso implica un incremento interanual de 22%.
De todos modos, el resultado de la medida restrictiva de las exportaciones es por lo menos pobre. El cepo es demasiado grande y generó pérdidas enormes en toda la cadena, estimadas en más de 1000 millones de dólares.
Con el cepo en vigencia y extendido hasta del 31 de octubre próximo, las autoridades lograron aumentar en más de 20% la oferta doméstica de carne, para así darse el gusto de anunciar una caída del precio en la góndola de tan sólo 1,0% en julio y del 1,4% en agosto. Mientras tanto, en el acumulado del año, la carne por ahora le sigue ganando a la inflación general de precios de la economía.