La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA por sus siglas en inglés) anunció que suspenderá el uso del insecticida clorpirifós en todo el territorio nacional “para proteger mejor la salud humana, particularmente la de los niños y los trabajadores agrícolas”.
“Después de las demoras y denegaciones de la administración anterior, la EPA seguirá los dictados de ciencia y dará prioridad a la salud y la seguridad”, indicó el organismo por medio de un comunicado.
En 2007 se registró una petición, presentada por dos ONGs (Pesticide Action Network North America y Natural Resources Defense Council), para solicitar la prohibición de uso del insecticida en todo el territorio estadounidense.
EPA inició un proceso tendiente a evaluar los riesgos de uso de producto para finalmente decidir que era necesario restringirlo, pero esas acciones fueron desestimadas durante la administración del presidente Donald Trump. Las ONGs entonces decidieron judicializar el asunto.
Finalmente, las actuales autoridades de EPA determinaron que las exposiciones agregadas actuales generadas por el uso de clorpirifós no cumplen con el estándar de seguridad legalmente requerido para que exista una certeza razonable de que las mismas no provocarán un daño a la salud.
Los estados de California, Hawai, Nueva York, Maryland y Oregón ya había prohibido el uso del insecticida en sus respectivas jurisdicciones. EPA anunció que “procederá con la revisión del registro para los usos no alimentarios restantes del clorpirifós”.
El clorpirifós es un insecticida organofosforado que se utiliza para una gran variedad de usos agrícolas, entre los cuales se incluyen soja, árboles frutales, nogales, brócoli, coliflor y otros cultivos hortícolas.
En la Argentina, las autoridades del Senasa determinaron la prohibición del uso de insecticidas formulados a base de clorpirifós etil y clorpirifós metil a partir de la campaña 2022/23.
A partir de noviembre de 2022 ya no podrá usarse más Clorpirifós en todo el territorio argentino