La producción de carne porcina fue ganando un espacio importante en la mesa de los argentinos y paso a paso también fue creciendo en el mercado internacional.
La familia Tocagni puede dar testimonio de ese proceso: se dedicaban a la producción agrícola en campos de terceros hasta 2010 cuando por entonces decidieron invertir en la actividad porcina para reducir el riesgo al avanzar un paso más en la cadena de valor.
“Nos dimos cuenta que no teníamos un horizonte claro porque el negocio agrícola era muy volátil, de una campaña a otra el campo que alquilas te subía 4 ó 5 quintales (de soja por hectárea)”, explicó Agustín Tocagni, gerente de la firma radicada en la localidad bonaerense de Bolívar.
“Arrancamos en 2010 con un primer módulo de 550 madres en el contexto de lo que llamamos plan maestro de 10 módulos, que totalizarán 5500 cerdas en producción. Hasta ahora efectuamos los primeros cinco módulos y estamos encarando el sexto”, dijo el empresario a Bichos de Campo, quien explicó que la inversión por madre es de 5000 a 6000 dólares, dependiendo del momento.
Agustín explicó los motivos por los que decidieron hacer semejante inversión. “Analizamos que la carne de cerdo es la más consumida en el mundo, que se nos abarataba el costo del maíz y la soja por el descuento de flete por estar a casi 400 kilómetros de Rosario y que además era un negocio escalable y con futuro, aunque ese momento no estaba desarrollado el mercado exportador”.
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Actualmente la firma siembra entre 2000 y 3000 hectáreas de soja y maíz al año para proveerse con al menos del 50% del alimento que requieren los animales, mientras que la otra mitad se origina en el mercado.
Ignacot SA, tal es el nombre de la empresa familiar, produce 30 lechones destetados por madre/año. Tocagni destacó que generan “1600 capones por semana y vamos por los 1900; la producción es de diez millones de kilos de carne al año con una proyección total de doce a trece millones cuando sumemos el sexto módulo”.
“La producción porcina tiene un futuro extraordinario: Argentina cuenta con una gran oportunidad, como en otros sectores, pero nos tenemos que ordenar para poder capturarlas, porque sino las veremos pasar”, apuntó Agustín, para luego indicar que el IVA de 10,5% presente en la actividad termina generando enormes saldos técnicos que constituyen una suerte de costo adicional.
“Se genera saldo a favor irrecuperable que va a pérdida y se acrecienta porque es un sector de capital intensivo”, se quejó el empresario en referencia a que el IVA promedio al momento de invertir se encuentra en el 18%. “En este contexto, la producción se va abriendo camino a un ritmo lento”, expresó.
En cuando a los créditos por un monto total de 2000 millones de pesos que el gobierno nacional anunció para el sector porcino, Agustín fijo que “en principio creemos que van a ayudar, estamos con expectativas en cuanto a la reglamentación, pero es una señal de que el gobierno ve al sector como aliado, que puede ayudar a cambiar la realidad, aunque somos prudentemente optimistas, porque no es la solución, dado que quedan otro temas por ordenar”.