Faltan pocos días para que saber si siguen o no las restricciones a las exportaciones de carne vacuna mediante cuotas que equivalen a 50% del año pasado. El 31 de agosto es la fecha, aunque otra segunda restricción -que consiste en la prohibición de exportar siete cortes vacunos- tiene fecha de vencimiento al 31 de diciembre.
Mientras tanto, desde el 20 de mayo -cuando se inició esta intervención al mercado- hubo un fuerte impacto en el sector ganadero, sobre todo a nivel de las expectativas, que son las que disparan inversiones.
Desde un primer momento también se vieron afectados los precios de la hacienda, aunque para fortuna de los criadores los valores de las vacas se recuperaron gracias a la fuerte demanda de China, que necesita la carne que Argentina no le quiere vender. La vaca buena volvió a ubicarse en torno a los 125/128 pesos, mientras que la conserva buena se instaló en 100 pesos de promedio y la de baja calidad cotizaba a 90/93 pesos. Son los mismos valores que la 19 de mayo pasado.
En cambio, la semana pasada el precio promedio del novillo fue de 169 pesos por kilo vivo, cuando en los 10 días previos al cierre de exportaciones había llegado a 181 pesos. La caída fue de 7% en términos nominales y superior en valores reales, ya que hay que contabilizar la inflación promedio de los últimos tres meses.
También se redujo el precio de los novillitos en 6%: pasaron de 196 a 186 pesos por kilo vivo. Los de las vaquillonas cayeron en igual porcentaje, al pasar de 188 a 177 pesos en el período antes señalado.
Pero en el caso de las vacas, luego de una caída notable durante algunas semanas, en los últimos días comenzaron a recuperarse los precios como consecuencia de la fuerte demanda de China, a la que este año -según las estimaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA)- le faltarán 13 millones de toneladas de carne porcina y por eso importará carne de la especie vacuna por 3 millones de toneladas.
Esa urgencia de China choca con un mercado limitado en cuanto a la oferta, por los problemas de producción que tienen países como Brasil y Australia que se encuentran en procesos de recomposición de rodeos o afectados por cuestiones climáticas. También, claro, con la salida de Argentina del negocio. Los frigoríficos locales solo pueden vender la mitad de lo que le vendían een el segundo semestre del año pasado.
Entonces China sale a pagar más y eso se refleja en el valor de la carne vacuna. Según datos de exportadores, el garrón y brazuelo se vende a China a 7.000 dólares la tonelada, 10% más que antes del cierre de exportaciones y 40% más que en diciembre de 2019, cuando se produjo el boom de compras asiático. En tanto, los cortes de la rueda se venden a 6.000 dólares, lo que implica una suba de 50% con relación al valor de aquel momento.
Esta recuperación de los precios de la carne compensa solo en forma parcial la pérdida de negocios que implicó el cepo del 50% establecido por el gobierno. Además, el cepo exportador perjudicó el valor de la hacienda que va al mercado interno en un contexto inflacionario y atenta contra la producción de animales pesados, por lo que algunos analistas creen que se acrecentará la caída de las existencias de novillos y aumentarán las de hacienda liviana destinada al consumo doméstico.
Si en2020 y2021 se perdieron 1000000 de cabezas por restringir las exportaciones rápidamente hay que modificar ese herror si no los chicos del futuro van a sufrir ambre si se cambia para el2023 guarden fotos de alguna vaca para mostrarle las nuevas generaciones