¿Es cierto que los mejores limones se destinan al mercado de exportación? La pregunta se repite con mucha frecuencia entre los consumidores argentinos, que sospechan que las mejores frutas siempre se las llevan los de afuera. La respuesta es más o menos que sí, que en efecto en los empaques de limón se realiza un obsesivo trabajo de selección y acondicionamiento de las frutas, para que los mejores limones llenen las cajas destinadas a los mercados de exportación. Pero esto no quiere decir que los argentinos recibamos limones de menor calidad. Para nada.
Julio Nieva, que es ingeniero agrónomo y se encarga del área de empaque de limones en fresco que tiene la empresa Nynagro en cercanías de San Miguel de Tucumán, guio a Bichos de Campo por el proceso industrial para vender el limón en fresco, que es el mercado minoritario de esa fruta cítrica. Tucumán, que es una de las grandes zonas productivas a nivel mundial, cosecha 1,4 millones de toneladas anuales de limón. Los de mejor calidad visual se destinan a este tipo de plantas de empaque, pero 1 millón de toneladas va a la industria juguera. De las 400 mil toneladas restantes unas 250 mil se venden al exterior, y 150 mil toneladas alcanzan y sobran (salvo años de mala cosecha, como el 2020) para atender el consumo interno.
La empresa Nynagro, ubicada en la zona de Los Nogales, tiene fincas distribuidas en la provincia en donde se esfuerzan por hacer el limón de mejor calidad, pensando ene el mercado de exportación, que lógicamente es el que mejor reditúa. Por eso su planta de empaque está muy enfocada a la selección de la mejor fruta. Los limones llegan en enormes bines recién cosechados desde las fincas y lo primero que se hace es una “preselección”, en donde se separan el limón que irá a la industria del limón para fresco.
¿Qué distingue a uno de otro limón? “Si bien internamente ambos limones son iguales, los separamos por características externas, ya sea por color, por algún defecto o forma. Nunca van a ver un limón deforme a exportación; ese limón se manda a industria”, comentó Nieva. A las características de color y calibre, se suman las llamadas enfermedades cuarentenarias, tales como cancro y mancha negra, y que también son motivo de separación. “Los limones que presenten signos de esas enfermedades directamente van a industria”, agregó.
Luego de esa primeras selección sigue el proceso de clasificación y embalado, donde a grandes rasgos se separa lo que es limón para mercado interno del que va a exportación.
Mirá la entrevista completa a Julio Nieva:
Cuando comienza la cosecha hacia marzo y abril, la primera selección que hacen en Nynagro y otros empaques tucumanos es por colores. “Separamos los limones en cuatro colores: amarillo que pasa directo a proceso, pinto que espera unos días, pinto oscuro que se coloca durante 2 o 3 días en cámaras (hasta que madure) y luego el verde oscuro que es aquel que está 4 o 5 días en cámaras con Etileno, cierta humedad y ventilación, de modo tal que acelere el proceso de maduración”, describió el agrónomo.
Los limones ingresan de las fincas a la planta -que es de tamaño mediano comparada con otras que existen en la provincia- en bins de 400 kilos cada uno y el proceso es de cerca de 30 bins por hora. “El proceso está mecanizado, tenemos una maquina con un programa mediante el cual le indicamos qué es lo que queremos que seleccione”, declaró el agrónomo. Sin embargo, se contratan muchas mujeres trabajando en la planta de empaque porque, según Nieva, “tienen el ojo mucho más fino, con lo cual ellas hacen un repaso de lo que hace la maquina y realizan correcciones si son necesarias”.
Al principio del proceso se observan dos grandes piletones. “En el primero se vuelca al fruta en agua con hipoclorito para hacer una desinfección de la fruta que llega del campo. Y en el segundo piletón se agrega bicarbonato, que sirve para curar las heridas, de modo tal que no ingresen patógenos y así evitar pudriciones que puedan aparecer en el empaque o en destino”, precisó.
Con respecto al uso de productos químicos, el encargado del empaque de Nynagro resaltó que “nos redujeron el espectro de productos a utilizar de modo que sólo aplicamos un fungicida durante el proceso para darle durabilidad a la fruta que llega a Europa”. Otro de los productos que asegura la durabilidad del limón es la cera, un producto que le da a la fruta ese brillo característico y que, a su vez, evita la deshidratación de la fruta que es el principal factor de deterioro, más allá de las enfermedades.
Del total de fruta que llega a la planta de Nynagro, la mitad se va para industria y la fruta que pasó la primera prueba, debe atravesar una segunda selección más fina. “Acá ya separamos mercado interno de lo que es exportación”, manifestó, pero aclaró que “no es mala la fruta que va a mercado interno. Lo malo de la fruta ya se fue a industria”.
Acerca de los requerimientos europeos, Nieva especificó que de acuerdo al tipo de cliente, por lo general les piden por color, por tamaño, por presentación (ellos tienen cajas de 6, de 15 y de 18 kilos) y por calidad.
Pero siempre se trata del mismo limón, el que se exporta y el que queda para el mercado doméstico. “Sólo cambia lo estético, pero el sabor es el mismo. Lo que hacemos es hilar más fino porque los europeos piden entre el 70% y 80% de calidad, pero en realidad la fruta que comemos acá tiene la misma calidad de aquella que va a exportación”, indicó el especialista.
La trazabilidad es un proceso presente en todo el proceso, desde la finca y hasta la planta de empaque. Opera con la llamada Unidad Productora (UP). “Cada finca o establecimiento tiene su UP designada. Los bins de 400 kilos ingresan a nuestra planta con un sticker que indica la UP señalando de qué finca es. Cuando exportamos los europeos pueden ver en el código de la caja, un código que les permitirá saber de qué establecimiento y lote es ese limón que compraron”, remarcó.