Si la industria de biodiesel presente en la provincia de Santa Fe operara al 90% de su capacidad instalada, sería el quinto productor mundial de ese biocombustible.
“Una provincia con características de nación en el mercado mundial de este importante producto”, indica un informe publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario.
La provincia cuenta con dieciséis plantas elaboradoras de biodiésel a base de aceite de soja con una capacidad instalada de 3,18 millones de toneladas. Suficiente para abastecer a toda la flota de vehículos de esa jurisdicción.
El informe de la BCR destaca que, mientras que el gobierno nacional tiene planes para desmantelar el régimen de promoción de biocombustibles, fue ese esquema el que permitió promover inversiones por cientos de millones de dólares para generaron una industria con triple impacto: ambiental (producción más sustentable y menos contaminante), social (empleo federal y en su mayoría altamente calificado) y económico (desarrollo regional, sustitución de importaciones y nuevos mercados de exportación).
Argentina llegó a ocupar el quinto puesto mundial en 2018 en el ranking de productores de biodiésel, pero, mientras que los demás países mantuvieron o incrementaron su producción, los últimos gobiernos argentinos hicieron (y siguen haciendo) todo lo posible para reducir la fabricación de biodiésel a la mínima expresión porque recaudan más derechos de exportación con la venta externa de aceite de soja.
Vale recordar que el 25 de noviembre de 2020 fue sancionada en la provincia de Santa Fe la Ley 14.010, por medio de la cual se creó el “Programa Provincial de Uso Sustentable de Biocombustibles”, que pretende incorporar la exigencia de uso de biodiesel al 100% en los equipos que se utilicen en el sector público (tal como ya sucede en los colectivos que circulan en las ciudades de Rosario y Santa Fe).
En ese sentido, la BCR considera necesario consolidar el proceso de transición energética y “migrar ordenadamente de una economía provincial basada en la utilización de combustibles fósiles a una economía sustentada en fuentes de energías renovables”.
También se solicita “impulsar el desarrollo de infraestructura, logística y equipamiento para la producción, análisis de calidad, abastecimiento, transporte, almacenamiento y expendio de biocombustibles líquidos, gaseosos y sólidos”.
Otras medidas que la BCR consideró interesantes de aplicar son las tributarias, tales como la eximición del pago de la patente única sobre todos los vehículos automotores, remolques o acoplados radicados en la provincia que utilicen biodiesel al 100% y bioetanol por encima del 25%.
O bien reducir la alícuota de impuesto sobre los Ingresos Brutos que tributan las industrias y plantas fabricantes de automotores para transporte de pasajeros y cargas, maquinarias, equipos que utilicen biocombustibles (biodiesel, bioetanol u otros combustibles renovables) en un porcentaje superior al 50% para biodiesel y al 25% para bioetanol, como así también la fabricación de componentes y repuestos para las mismas.