El gobierno podría estar sufriendo esquizofrenia, pues algunos de sus integrantes parecen estar padeciendo de “delirios, alucinaciones, lenguaje o comportamiento desorganizado y capacidad cognitiva alterada”, tal cual se define la enfermedad en el diccionario.
El ministro de Agricultura, Luis Basterra, y el nuevo secretario de Agricultura, Jorge Solmi, mantuvieron el jueves en secreto una reunión con los popes de la Mesa de Enlace, que tuvieron asistencia perfecta. El bloque de entidades rurales se había declarado en alerta por las últimas medidas tomadas esta semana por el gobierno: la creación de un nuevo registro de exportaciones de carnes, como los viejos ROE, y de nuevas exigencias a los agroexportadores.
Para tratar de tranquilizar a los dirigentes rurales, Basterra les aclaró que con dichas medidas no pensaban entorpecer el comercio exterior. Y como viene sucediendo en los últimos, les aseguró que el gobierno de Alberto Fernández no pensaba tocar las retenciones, que están en un máximo del 33% en el caso de la soja y se mantuvieron -para favorecer una adecuada rotación de cultivos- en 12% para los cereales.
Para aplacar los ánimos rurales y la posibilidad de que se vaya cocinando una nueva protesta, Basterra y Solmi prometieron además que lanzarán en breve un Plan Ganadero, una vieja promesa que nunca se concreta. De hecho, según recuerda bien hoy Andrés Domínguez, asesor de la Federación Agraria, es lo mismo que hizo Néstor Kirchner quince años atrás, tras crear los temibles ROE. Ese plan ganadero nunca se concretó y se perdieron cerca de 10 millones de cabezas bovinas, el 20% del stock.
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“Fue una reunión sin trascendencia. Ellos trataron de justificar por qué aplicaron estas medidas. Nosotros les hicimos ver el malestar que hay porque los efectos de esta medida, más allá de que ya no se llamen ROE, es concentrar la demanda para bajar los precios a su gusto, así que los platos rotos los van a terminar pagando los productores”, definió a Bichos de Campo uno de los dirigentes rurales que participó de esa reunión.
Como sea, frente a los ruralistas Basterra insistió en remarcar que el gobierno no piensa ir más allá, lo que implica no subir las retenciones. De hecho, su cartera hizo mucha fuerza para que a principios de año redujo a 0% ese tributo aduanero para muchas economías regionales, especialmente frutícolas. Y cada vez que puede, el ministro destaca que las retenciones al trigo y maíz no se modificarán en la campaña 2020/21, incitando a los productores a que siembren esos cereales.
Pero a pocos metros de allí, en otro despacho, hay funcionarios que dicen otra cosas completamente distinta, dejando expuestos los peligrosos grados de esquizofrenia que padece el gobierno de Alberto Fernández.
La secretaria de Comercio Interior, Paula Español, que reporta al ministro Matías Kulfas pero responde políticamente a la vicepresidenta Cristina Kirchner y al gobernador Axel Kicillof, declaró esta mañana, a pocas hora de la reunión con la Mesa de Enlace, que “el aumento de retenciones está en análisis”. Lo hizo ante los micrófonos de El Destape Radio.
“Nos preocupa el índice de precios al consumidor, nos preocupa el incremento de los precios de los alimentos, pero hay que entender que la suba del precio de los alimentos es mundial”, sostuvo Español. Luego agregó: ” “Para desacoplar los precios de exportación del precio doméstico hay que tomar medidas de comercio exterior como los cupos, las retenciones o las declaraciones juradas”.
Escuchá la entrevista completa a Paula Español:
Fue en ese contexto en que la funcionaria dijo que “el aumento de retenciones está en análisis” y que el nuevo registro de exportaciones de carnes (DJEC), como los viejos ROE, tienen como principal objetivo frenar el aumento de la carne. “No me va a temblar el pulso para tomar las medidas que haga falta para cuidar los precios”, enfatizó.
En realidad, es poco lo que podría hacer la secretaria de Comercio Interior en materia de retenciones sin el aval del Congreso Nacional, pues la ley de Emergencia Económica sancionada en diciembre de 2019, apenas asumía Alberto, dispuso topes del 33% para la soja y del 15% para el resto de los productos, incluyendo el resto de los granos, hasta por lo menos el último día de 2021.
El trigo y el maíz, que son los cereales que más demanda tienen para el suministro interno, tienen actualmente una alícuota de 12%, que podría llegar a subir solo 3 puntos bajo la vigencia de esa ley del congreso. La Carne vacuna tributa un 9% y no podría subir más de 6 puntos, lo mismo que la leche en polvo. Es decir que, por lo menos hasta fin de año, las posibilidades de Español de utilizar esas herramientas estarían muy limitadas.
De todos modos, esta nota no habla de eso sino del doble discurso permanente del gobierno nacional. Un doble discurso cuyo principal resultado es alterar los nervios de todos los productores agropecuarios.
¿Quién tendrá razón? ¿Basterra o Español? Se reciben apuestas…