Además de anunciar la creación de nuevos registros y más requisitos para los exportadores de carne vacuna, el gobierno nacional volvió a prometer que avanzará en una demorada reforma en el comercio interno de ese alimento, al introducir “la obligación del troceo” de las medias reses. Es una medida largamente reclamada por los grandes frigoríficos exportadores, pero resistida por quienes venden carne para el consumo doméstico.
“Los ministerios de Desarrollo Productivo; de Agricultura, Ganadería y Pesca; y de Trabajo, Empleo y Seguridad Social han resuelto modificar el esquema de funcionamiento de la comercialización interna de carne vacuna, estableciendo la obligación del troceo”, informó un comunicado oficial tras una reunión del Gabinete Económico que estableció nuevas medidas para contener el alza de precios de la carne.
En realidad, desde hace algún tiempo el gobierno está incumpliendo con la aplicación de una decisión emanada de las autoridades laborales, que por razones de salud han prohibido la descarga y manipulación de piezas de carne superiores a los 25 kilos de peso. Esto, de por sí, debería terminar con el tradicional modo de comercializar carne en el mercado interno, donde en la mayoría de los casos las medias reses se bajan al hombro.
Durante décadas este fue un debate pendiente en la cadena cárnica argentina. En los noventa, incluso, el ex secretario de Agricultura del menemismo, Felipe Solá, impulsó un programa llamado “Corte por lo Sano”, que no prosperó por la resistencia de los matarifes del conurbano bonaerense, por entones se encolumnaron con el ex gobernador Eduardo Duhalde. Allí se proponía dividir la res en cuartos y avanzar en un esquema de comercialización por cortes, evitando el troceo final por parte del carnicero.
En este caso, en el marco de un nuevo acuerdo con los exportadores para vender un tonelaje de cortes baratos en los supermercados, el gobierno prometió avanzar en ese sentido, sin definir con claridad si va a obligar a los frigoríficos a un troceo total por cortes o simplemente a dividir la media res en dos o tres partes, el llamado “cuarteado”. Esto permitiría enviar el cuarto trasero de mayor valor a los barrios con mejor poder adquisitivo y los del cuarto delantero, más barato, a las barriadas populares.
“Esta medida protege a los y las trabajadores del sector, mejora el funcionamiento de la producción y el acceso de las y los consumidores a los diferentes cortes, estimulando un funcionamiento más eficiente de la cadena cárnica”, indicó el comunicado oficial, que puso fecha para dar este paso: “A partir del 1 de enero de 2022 el troceo será obligatorio en todo el país, abriéndose un período de transición donde la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores (SEPYME) ofrecerá financiamiento a tasas subsidiadas a las PYMES que necesiten realizar inversiones para adecuarse a estos objetivos”.
El cuarteado de la media res, además de una imposición laboral para que no se sigan hombreando las medas reses de hasta más de 100 kilos, es un viejo reclamo de los frigoríficos más grandes nucleados en el Consorcio ABC. Esta es la entidad que más ha participado en estas negociaciones con el gobierno y la que pone a sus socios a ofrecer cortes baratos en los supermercados. Hasta ahora, unos 3000 toneladas mensuales a los valores de diciembre pasado.
Carlos Riusech: “Hay que dejar de vender la media res y pasar al cuarteo”
En este nuevo pacto, se anticiparon “nuevos acuerdos de abastecimiento de carne a precios accesibles, ampliación de la cobertura territorial y la disponibilidad hasta fin de año. Esta decisión está acompañada de nuevas medidas para una llegada más eficiente a zonas de menores recursos”, añadió el comunicado.
El cuarteado de la media res, sin embargo, abre muchas suspicacias al interior de la industria frigorífica, porque los exportadores (que despostan y exportan los cortes) estarían en mejores condiciones de colocar sus saldos en el mercado doméstico, quitando participación a quienes hoy comercializan las medias reses y que, en muchos casos, no han hecho las inversiones necesarias en sus plantas para avanzar en el troceo.