Ramón Silsique es un pequeño productor de Villa el Perchel, en la Quebrada de Humahuaca, Jujuy. Produce sobre dos hectáreas y media propias hace más de 20 años haciendo, algunas veces agricultura y otras veces forraje para las cabras de la zona, y aunque es dueño de un pedazo de tierra siente que en el norte están un tanto olvidados.
El productor se lamentó porque en la región faltan obras, sobre todo para evitar que las crecidas de los ríos se lleven todo puesto. “Acá hacen falta obras que aseguren los terrenos cuando bajan los caudales de agua. La vez pasada todo este terreno se me llenó de piedras”, relató Silisque a Bichos de Campo.
Y si hablamos de financiamiento, un pequeño productor como él podría encontrar dos vías: yendo a un banco o financiándose él mismo. Silisque asegura que opta por la segunda vía, pero no por elección. “Hay gente que ha quedado endeudada acá. Yo mismo no soy capaz de ir a pedir un préstamo en el banco porque después, si no lo puedo pagar, me rematan la finca. Eso es lo que hacen en el Gobierno. Entonces mejor hago hasta donde yo puedo”, sentenció.
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Para el productor, ni la declaración de la Quebrada de Humahuaca como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la Unesco salva a los habitantes rurales del norte argentino del oscuro designio que avizora. “Trajo más turismo, si, pero a los que trabajamos en agricultura no nos sirvió para nada”, expresó.
Para Silisque es cada vez menos la gente que quiere trabajar en el campo. “Lamentablemente los gobiernos han fomentado la vagancia. La gente ya no quiere trabajar y los hijos y los nietos ya están en eso también. Un día se terminarán los hombres que trabajan en el campo y los pueblos se morirán de hambre”, expresó con profundo pesimismo.
Acerca de la gente que arrenda campos en la zona, Silisque reconoció que aunque algunos años anduvieron bien, este año “fracasaron todos”. El propio Ramón antes se dedicaba a sembrar verduras y ahora sembró todo con forrajes para las cabras. “Acá se ha tirado mucha verdura por caída de la demanda, ¿Quién se va a animar a sembrar más? Nadie. Entonces tuve que reemplazar esa producción de verduras por algo de hacienda con algunas chivas que tengo por ahí”, explicó.
El productor norteño confesó que ya probó de todo para sobrevivir. “Yo hice todo, tenía hasta 500 plantas de frutas pero ahora me quedó todo vacío porque no tenía buen precio y el trabajo era mucho, entonces pusimos verduras porque venía un mejor tiempo para ellas. Ahora me quedan las chivas para sobrevivir”, manifestó.
¿Qué le pediría a los políticos? “Yo les pediría que se vayan todos porque ninguno sirve, son todos los mismos. Cuando vengan las elecciones deberían poner las ollas para arriba y volver a llenarla con gente nueva. Que escuche Fernández esto. Regalar a la gente y no hacerla trabajar no sirve. ¿Quién puede progresar si uno solo va a trabajar y los demás van a comer? “, concluyó.