Los datos de la faena de enero son una especie de profecía autocumplida. Hace al menos dos meses que diferentes operadores del negocio vienen anunciando una caída en la oferta de ganado, lo que no fue convalidado por los datos de noviembre y diciembre. Pero en enero el dato sorprende.
La faena nacional se redujo a poco más de 1 millón de cabezas, lo que implica una caída del 14% con respecto a enero del año pasado y del 17% con respecto a diciembre de 2020, cuando los precios terminaron de pegar un salto que en el año implicó un incremento del 75% promedio para las diferentes categorías.
A partir de entonces el mercado fue otro, la demanda se pinchó y la tranquilidad a la hora de cerrar negocios fue la moneda corriente. La excepción fue lo que pasó en el cierre de enero, cuando las lluvias limitaron más la oferta y eso mejoró solo un poco los precios de la hacienda de mejor terminación.
Eso se refleja en los precios. A pesar de la importante baja en la oferta, los novillos y novillitos aumentaron 2,5% en enero respecto de diciembre, las vaquillonas 3% y las vacas 4,5%.
Según el analista Victor Tonelli, la evolución de los precios en enero podría haber sido peor. “Los precios se mantuvieron por la caída en la oferta. Pero si se recupera, se caen”, advirtió.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que enero es un mes particular porque mucha gente sale de vacaciones. Este año lo hicieron cerca de 7 millones de personas que en ese momento modifican sus hábitos alimenticios y restan presión de demanda en los grandes centros urbanos.
Pero, además hay cierto rumor entre operadores del comercio ganadero de presiones oficiales para contener el precio de la hacienda a efectos de evitar titulares en contra en los medios. Al mismo tiempo se busca reducir la posibilidad de intervenciones indeseadas y sumamente negativas, como las que hubo en el pasado.
La caída en la oferta de enero también tiene sus explicaciones. En parte se debió a la falta de reposición en los feedlots, como consecuencia de que el resultado económico en lso engordes viene dando mal por el alto costo del alimento y porque persiste el diferencial negativo entre los terneros de cría y el que sale de los corrales hacia los frigoríficos.
Según la Cámara de Feedlot, el nivel de encierre en enero era de 52% de la capacidad instalada, unos 11 puntos porcentuales menos que igual mes del 2020, cuando la ocupación era de 63%.
También la faena para exportación se aquietó por dos motivos: China redujo sus niveles de compras a partir de diciembre, debido a que los barcos ya no llegan con la carne para los festejos del Año Nuevo en ese país. Pero sobre todo cayó la faena con destino a Europa, que vuelve a sufrir el cierre de restaurantes por la pandemia.
El dato para destacar sobre la faena de enero -que confirma la tendencia de los últimos meses-, tiene que ver con la participación de los machos. Significaron el 55% del total contra el 45% de las hembras, cuando el año pasado daban 53% y 47%, respectivamente.