A mediados de este año el gobierno central chino comenzó a introducir una innovación más para profundizar las intervenciones de mercado instrumentadas desde fines de 2019: la inhabilitación temporal de plantas frigoríficas con la excusa de que las mismas habían enviado productos que tenían rastros de Covid-19.
En este contexto, los principales frigoríficos exportadores, integrados en el Consorcio ABC, vienen pidiendo a las autoridades del gobierno argentino que realicen gestiones ante las autoridades regulatorias chinas para poder trabajar sin un “navaja en la garganta”, dado que, con la excusa del Covid-19, en los últimos meses algunos frigoríficos fueron dados de baja temporariamente de manera discrecional del listado de plantas habilitadas para exportar a China, mientras que otras industrias sufrieron amenazas que finalmente no pasaron a mayores.
Un grupo de investigadores argentinos del Conicet –referentes científicos en materia de infectología y seguridad alimentaria– elaboraron un documento en el cual expresan que, ante las reiteradas acusaciones por parte de China de cargamentos de productos cárnicos congelados provenientes de Argentina que supuestamente contenían ARN viral de Covid-19, la probabilidad de que tal hecho ocurra es de una en 100.000 millones de personas potencialmente expuestas.
“Cabe comparar este riesgo con las 7800 millones de personas que conforman la población mundial, para demostrar que el riesgo estimado de transmisión de SARS-CoV-2 a través de superficies (por el empaque de los alimentos) es hipotético y en una situación desfavorable sería insignificante”, sostiene el documento firmado por Gerardo Leotta, Eduardo López, Carlos van Gelderen, Juna Martín Oteiza y Marcelo Signorini.
Los científicos señalaron que no existe información técnica disponible que permita realizar aseveraciones concluyentes sobre los supuestos hallazgos de paquetes con carne argentina contaminados con Covid-19.
Y determinaron que, entre las hipótesis que pueden llegar a explicar la presencia de ARN de Covid-19 en empaques de los alimentos importados –acusaciones que los chinos han realizado a diferentes países exportadores de productos cárnicos– se incluyen la contaminación durante las operaciones de descarga en los puertos comerciales de China y durante las operaciones de transporte y distribución a las ciudades del interior de la nación asiática.
Tampoco –sostuvieron– debe excluirse la posibilidad de falsos positivos generados por la “falta de validación de la técnica utilizada, falta de acreditación de idoneidad por parte de los laboratorios que realizan los análisis, falta de competencias técnicas de los analistas, no utilizar kits especialmente diseñados para el análisis de SARSCoV-2 en superficies, errores en la interpretación de los resultados, o bien por contaminación intralaboratorio con amplicones de ARN del SARS-CoV-2”.
“Es fundamental el acceso a la información técnica necesaria para aceptar o rechazar estas hipótesis. De esta manera, se podrá tener mayor previsibilidad sobre las medidas implementadas en los países exportadores de alimentos congelados con destino a China, mayor claridad sobre la manipulación de alimentos importados una vez nacionalizados y los análisis de superficies realizados en las ciudades del interior de esa nación”, concluyeron.