El molino Campodónico es una histórica fábrica de harina de la Ciudad de La Plata. Fundado en 1888, allí conviven la tercera, cuarta y quinta generación de la familia cuyo apellido le dio el nombre a la empresa, que ahora cuenta con dos plantas de procesamiento: una de trigo en La Plata y una de harina de maíz en Tandil, empleando a 200 personas de forma directa.
A pesar de las dificultades que tiene la industria molinera, la firma sigue innovando y adaptándose a lo que piden las nuevas tendencias del consumo. “Las empresas no solo son un medio para generar dinero y satisfacer los sueños de las personas que las integran, sino que colaboran con el crecimiento de todos los integrantes de la comunidad en la que están”, comentó a Bichos de Campo Alejandro Campodónico, el presidente de la firma.
Escuchá la entrevista completa a Alejandro Campodónico:
Bajo esa premisa Campodónico lanzó este año la primera y por ahora única harina de trigo orgánica refinada triple cero que hay en el mercado local. No se gastaron mucho con el nombre, pues se llama “Harinísima Orgánica”. Se comercializa en paquetes de 1 kilo o de 25 kilos, pero también a granel. “El mundo va indefectiblemente hacia ese lugar, tomamos el desafío sabiendo que Argentina es muy competitiva en la originación de materia prima”, declaró el presidente de la empresa.
En Argentina y en el mundo hay una creciente tendencia a conocer qué contienen los alimentos y a consumir los que sean más amigables con el ambiente. Esto ocurre también, según explicó el empresario, en países de Sudamérica como Brasil, que es el mayor comprador de trigo y de harina de trigo argentino. En Europa también tienen una larga historia en el consumo de productos orgánicos. Estados Unidos crece más de dos dígitos anuales en el consumo de ese tipo alimentos, y también China tiene importantes nichos de demanda de estos productos elaborados sin transgénicos ni agroquímicos.
“Queremos acomodarnos a esta nueva realidad. Campodónico siempre fue una empresa donde la calidad es su principal herramienta de gestión. Es por ello que estamos llegando a empresas de primera línea que hacen alimentos para bebes y necesitan de estos productos”, agregó el empresario.
Para elaborar esta harina orgánica, el molino está certificado por la Organización Internacional Agropecuaria (OIA) y cumple con toda la normativa de la ley 25.127 que define la norma orgánica en la Argentina. Además, el producto final cuenta con la trazabilidad necesaria de todo el proceso. “Podés agarrar un paquete de un kilo y saber de qué campo vino ese trigo”, comentó el empresario.
Por ahora la firma destina sólo un día de su producción mensual a este tipo de harina y para eso debe tener cuenta los protocolos específicos de molienda y silos especialmente destinados a almacenar el producto, para que no se cruce con el trigo y harina convencionales.
“Producimos un día por mes y crecemos todos los meses. Se necesita materia prima también certificada y hoy el productor de trigo orgánico necesita 3 años para empezar a comenzar el proceso de certificación”, resaltó.
De la molienda de trigo sale otro producto, contó Campodónico: el pellet o afrechillo, que también es orgánico y que va a establecimientos como tambos para alimentar animales. “Este es un país que tiene 40% de pobreza, y en ese contexto parece difícil hablar de harina orgánica, pareciera que apuntamos a una clase más acomodada pero no es así. Hoy hay una creciente demanda de alimentos de calidad, en todos los niveles. El mundo va en este sentido”, reflexionó.
Campodónico se refirió también a los problemas de competitividad que tiene el sector; dijo que hay una alta capacidad ociosa en los molinos que muelen 6 millones de toneladas de trigo al año, cuando la capacidad instalada es de más de 13 millones.
Desde la Federación de Industrias Molineras se presentó un plan estratégico a las autoridades para desarrollar el sector y aprovechar la demanda mundial, que permitiría que la Argentina sea la mayor exportadora mundial del producto. Pero Campodónico comentó que para eso hace falta competitividad, lo que implica la quita de retenciones a las exportaciones y la devolución en tiempo y forma de los impuestos, entre otras medidas.
Finalmente, el empresario se refirió al trigo transgénico HB4 y declaró que “va en contra de todo esto (en referencia a la producción de harina orgánica), ya que va a generar entre otros temas, el posible cierre de mercados, como ya dijo Brasil”.