Vivir en las ciudades tiene sus privilegios. Una investigación reciente focalizada en 24 países latinoamericanos y caribeños reveló que 71% de la población urbana de América Latina y el Caribe cuenta con opciones de conectividad frente al 37% de la población rural, lo que implica una brecha de 34 puntos porcentuales entre un sector y otro.
“Hablamos de un total de 124 millones de personas que viven en la ruralidad en esos 24 países. Por ende, son 77 millones de personas que no pueden acceder a una internet de calidad y es una cifra grande”, alertó a Bichos de Campo Sandra Ziegler doctora en Ciencias Sociales e investigadora del IICA, el brazo agrícola de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Ese organismo realizó estudio junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Microsoft.
Según Ziegler, “el propósito del informe y la voluntad del IICA en cooperación con Microsoft y el BID es alertar sobre este estado de situación y dotar de información disponible que pueda alentar el desarrollo de políticas públicas, las cuales son muy necesarias en esta materia”.
Mirá la entrevista completa a Sandra Ziegler:
“El acceso a la tecnología da lugar al desarrollo de información de procesos productivos, de condiciones climáticas, y de Buenas Prácticas Agrícolas. Por lo tanto se cercenan muchas posibilidades en derredor de la producción. Por eso el trabajo condensa un esfuerzo por construir datos a la vez que alerta sobre este problema, porque sin información disponible es difícil construir políticas públicas consistentes”, comentó Ziegler.
La investigación, que se encargó de revisar la conectividad en términos de acceso y calidad, detectó que evidentemente hay mucha inequidad en el acceso a internet para las zonas rurales, y que sólo 7 países cuentan con una “alta conectividad” en sus áreas rurales: Bahamas, Barbados, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y Panamá.
Para la investigadora “es necesario contar con mapas de infraestructura para identificar cuáles son los lugares que requieren las primeras intervenciones para solucionar esta cuestión; en el trabajo hay una recomendación en relación con la asequibilidad o costos en el acceso a internet y dispositivos que en espacios rurales suelen ser mas onerosos que en espacios urbanos”.
“Hace falta una acción decidida y requiere de la concurrencia de múltiples actores: los estados generando políticas públicas con la colaboración del sector privado y de organizaciones de la sociedad civil. En el documento registramos muchas experiencias que se desarrollan a lo largo de la región, incluso desde cooperativas y redes comunitarias y que permiten la llegada de la conectividad hasta en los lugares más remotos”, concluyó Ziegler.