Sorpresivamente, el gobierno de Alberto Fernández manifestó su intención de llegar a una cosecha de 200 millones de toneladas antes de 2030, lo que implicaría un salto de la producción de al menos 60 millones de toneladas respecto de los niveles actuales. Para ello, por ahora no se plantean ni bajas de impuestos ni estímulos a la producción. La clave del éxito, al parecer, será la publicación de una serie de fascículos técnicos con recomendaciones.
Justo el día en que el equipo económico y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, recibirán a representantes del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) para conversar sobre una propuesta del sector para elevar la producción y las exportaciones, para así generar las divisas que necesita la Argentina, el Ministerio de Agricultura emitió la Resolución 216/2020, que crea y aprueba “la Iniciativa Doscientos Millones (200.000.000) de toneladas de cereales, oleaginosas y legumbres”. Los técnicos oficiales afirman que este es el camino para incrementar las exportaciones del sector en unos 22.000 millones de dólares.
Santo Remedio.
La verdad que esa resolución no dice demasiado sobre las medidas concretas que deberán tomarse para lograr un sustantivo incremento de la cosecha local. En los considerandos, apenas indica que la Iniciativa 200 Millones consistirá en “organizar y poner en funcionamiento una metodología de trabajo y coordinación de áreas de estudio para la elaboración de alternativas consensuadas de políticas públicas, no vinculantes, orientadas a alcanzar un incremento de la producción agrícola”.
Imposible no recordar, en este contexto, algunas iniciativas parecidas surgidas al calor del conflicto con el campo por la Resolución 125 en el gobierno de Cristina Kirchner. En 2010, por caso, el ex ministro de Agricultura Julián Domínguez ideó el infructuoso PEA (Plan Estratégico Agropecuario), una serie de recomendaciones de política pública para lograr incrementos productivos en 2020 que jamás se lograron. El costo de esa iniciativa, que fue revisada varias veces, fue millonario. Las recomendaciones de política pública jamás se aplicaron.
La nueva iniciativa de Agricultura, ahora a cargo del formoseño Luis Basterra, parece menos pretenciosa que aquella. Para empezar no implica la convocatoria de técnicos de las universidades y el sector privado sino que se limita a los expertos de la propia Subsecretaría de Agricultura, que será la autoridad de aplicación.
¿Y en qué consistirá la iniciativa 200 millones? Un anexo a la resolución brinda algunas pistas del trabajo que habrá por delante para lograr una gran expansión de la producción de granos en la Argentina.
“Esta iniciativa propone un mecanismo para el desarrollo de políticas públicas consensuadas que permitan alcanzar las 200.000.000 toneladas antes del año 2030. Ello generaría un agregado de valor e ingreso de divisas suficientes para estabilizar la economía, disponiendo así de una base estable y posible para el desarrollo de otros sectores y actividades económicas viables, inclusivas y competitivas”, define ese anexo.
En este sentido, añade que “la metodología planteada busca desarrollar y consensuar medidas de política pública que, de implementarse, generarían excedentes en el corto y mediano plazo para incentivar la producción sostenible, el agregado de valor en origen y la generación de fuentes de trabajo necesarias para reactivar la economía de nuestro país. Estas medidas podrían consistir en mecanismos de beneficios fiscales, acceso a financiamiento, reducción del costo de producción y de las tasas de créditos bancarios, amortización acelerada de bienes de capital, entre otras”.
Es decir, que a partir de estas recomendaciones se podrían generar una serie de estímulos que son más o menos los mismo que se discutirán en la reunión del gobierno con el Consejo Agroalimentario.
Pero, en principio, los técnicos de Agricultura se proponen un camino diferente y algo más largo: “Las áreas especializadas desarrollarán fascículos técnicos con iniciativas que funcionen como disparadores de políticas públicas”.
Las recomendaciones de políticas agrícolas “abarcarán cuestiones inherentes a la producción agrícola (se tomarán 17 cultivos extensivos tradicionales y regionales) en función de su importancia como limitantes u oportunidades actuales o futuras, y los temas seleccionados funcionarán a modo de eje para la adopción de medidas conducentes al incremento productivo perseguido”.
¿Y qué podría lograr la Argentina de aplicar estas políticas? Según el documento oficial se podría lograr “un incremento de producción de 60 millones de toneladas de cereales, oleaginosas y legumbres”, lo que a la vez significaría un alza en el valor de las exportaciones de aproximadamente 20 mil millones de dólares.
A la vez, Agricultura habla de una “recuperación de entre 500 mil y 1 millón de hectáreas agrícolas en zonas de exclusión/amortiguamiento con el uso de nuevas tecnologías seguras (Agtech), con una reducción de hasta el 80% en el uso de agroquímicos”. Por esta recuperación de tierras en los periurbanos habría una mejora adicional de 2.000 millones de dólares en exportaciones.
“Esta iniciativa busca generar las herramientas que permitan materializar tal potencialidad. Un incremento productivo de tales características, junto a otros desarrollos en cultivos regionales, sentaría las bases de un nuevo escenario nacional de alto dinamismo para la inversión en agregado de valor tanto en proteína animal como en industria alimenticia, que multiplicaría hasta por tres el valor de nuestras exportaciones frente a un mundo que demanda, cada vez más, alimentos sanos”, define la iniciativa oficial.
¿Y cómo arrancar? En el documento se define que “las distintas áreas técnicas especializadas del Ministerio de Agricultura deberán trabajar sobre los fascículos técnicos listados”.
En principio, los expertos de Agricultura trabajarán sobre los cultivos de Trigo, Maíz, Soja, Girasol, Maní, Legumbres, Algodón, Arroz, avena, cebada, centeno, mijo, alpiste, colza, cártamo y lino.
Luego, la colección de fascículos hablará del estado de situación y las políticas propuestas sobre:
- Fertilización y enmiendas
- Rotaciones
- Cultivos de cobertura o servicio
- Maquinaria y tecnología
- Contratistas
- Riego complementario (pivot o frontal)
- Nuevas áreas de riego
- Obras de habilitación (ej. Bajos submeridionales)
- Logística con propuestas de segmentación por distancia, escala, condición de tenencia, etc.
- Logística pérdidas post cosecha. Regulación de transportes
- Manejo de cultivos: fechas de siembra, momentos de aplicación, reducción de pérdidas de cosecha.
- Semillas. ¿Una ley de semillas, permitiría acceder a otra genética? ¿Qué impacto tendría?
- Reducción de áreas de exclusión o amortiguamiento con tecnologías de punta
- Seguros agropecuarios (Catástrofe / Multiriesgo)
- Previsión e información climática
- Agroindustria
- Agricultura Familiar
- Márgenes Brutos
El responsable de cada área técnica o cada fascículo, de acuerdo a este plan de trabajo, contará con 45 días corridos para completar el análisis y elevar la propuesta de trabajo a la Subsecretaría de Agricultura. Finalizado ese plazo, “el área técnica que haya realizado el análisis del fascículo en cuestión elaborará, en un plazo no mayor a 15 días corridos, un informe final del resultado del análisis y la mesa de convergencia, las posiciones de todos los participantes, y los puntos de acuerdo”.
Quedaría de esta forma consolidado un “fascículo técnico y propositivo consensuado en el marco de la iniciativa 200 Millones de Toneladas”.