Abelardo Llosa es el director nacional de Planificación y Ordenamiento Ambiental del Territorio, dependencia del Ministerio de Ambiente y Desarrollo que lidera Juan Cabandié. Aunque el Poder Ejecutivo no es autor de ninguno de la docena de proyectos de Ley de Humedales que ingresaron al Congreso, este arquitecto de Paraná dejó muy claro que el gobierno promueve este debate. Lo considera clave para el ordenamiento del territorio nacional, en función del cuidado de los recursos ambientales.
Por ahora este ordenamiento avanzó con los Bosques Nativos en 2006 y ahora pretende hacerlo con los humedales. Pero Llosa cree que quedan muchas áreas por ordenar. “Los recursos hídricos también son un bien y no sé si hay un enfoque claro desde la perspectiva de cuenca hídrica. Las regiones de montaña son todo un sistema importante. Me gustaría pensar más en el ordenamiento territorial integral”, destacó.
Pero de cara a la discusión que se promueve ahora sobre los Humedales, el funcionario nacional consideró que los 11 proyectos de ley sobre este tema a su criterio resultan “una base excelente para discutir el tema, amplia y suficiente para llegar a un buen proyecto de ley”.
Mirá la entrevista a Abelardo Llosa:
-¿Y qué sería un buen proyecto de ley de humedales?
-Este es un proyecto de presupuestos mínimos. Debería tener una amplitud y flexibilidad y claridad importantes, porque el país es muy diverso: Hay humedales de altura en Los Andes, en la Patagonia, en el NEA, con los esteros del litoral. Debe ser abarcativo y flexible, pero a la vez tiene que quedar claro que estamos defendiendo un bien común de nuestra generación y de las que vienen, que nos proveen servicios ecosistémicos que no podemos perder.
Uno de los sectores afectados e involucrados en el debate sobre esta Ley de Humedales es el de la producción agropecuaria. Los productores muchas veces temen que estas legislaciones dañen sus intereses y que se termine legislando sin conocer a fondo la problemática.
Al respecto, Llosa consideró: “Hay que contemplar a las actividades productivas y a las personas que viven allí, sin dudas. Pero no podemos perder esos servicios ecositémicos y ese hábitat. Brindan agua potable, atenúan inundaciones o son receptáculos de carbono. Son un bien muy valioso y hay que preservarlos”.
Una vez aclarado esto dijo que “la actividad productiva debe estar incluida y no deberían tener ese temor, hay que madurar como sociedad para que haya espacio para todos”.
El funcionario de Ambiente destacó que si bien no es experto en cuestiones productivas sabe que la ganadería tiene incluso una función positiva en algunos humedales, en tanto baja la carga de biomasa que predispone a los incendios. Esto, aclaró, no significa que se pueda “meter más vacas por hectárea de lo que la zona permite”.
Por lo tanto consideró que se deben tener en cuenta al momento de redactar la ley en cuestión que las regulaciones deben priorizar la sostenibilidad del ecosistema pero permitiendo el desarrollo de la actividad económica.
En definitiva, el especialista en territorio y medio ambiente dijo que se trata de una ley de presupuestos mínimos que fija las reglas sobre las cuales luego las provincias deberán legislar.
“Nos va a dar un estándar básico, un piso mínimo, debería dejar en claro ciertos principios y luego tendrán las provincias la competencia del hilado fino”, describió sobre el proceso.
El funcionario también destacó que hay sectores sociales que comienzan a ver a los humedales no como un problema sino como parte de la solución.
“Antes veíamos al bajo como un lugar marginal y ahora se empieza a verlo como un ecosistema que brinda servicios a la sociedad. Eso sí es una batalla central: reconocer a esos ecosistemas como importantes y no como marginales”.
En tal sentido consideró que “hay sectores que lo empiezan a entender, empiezan a hacer un manejo diferente del espacio, a verlo con una mirada de más largo plazo”.