Si hablamos de collares de monitoreo y alambrados virtuales para la ganadería no decimos nada nuevo. Por suerte así también lo cree Martín Tosco, CEO y uno de los fundadores del proyecto Bastó. “A veces uno tiene una idea, piensa que es la única, y cuando dice ‘no existe en el mundo’ es porque no googleó demasiado”, reconoce entre risas a Bichos de Campo.
¿Qué es Bastó? Además de una antigua herramienta que los pastores usaban para marcar el ganado, es una startup argentina que desarrolla collares inteligentes para monitorear animales y crear cercas virtuales dinámicas. Hasta ahí algo que, aunque novedoso para muchos, suele utilizarse en los sectores ganaderos de otros países más evolucionados tecnológicamente que la Argentina.
El valor agregado de este emprendimiento lo obtuvieron al usar esta herramienta también como un administrador de recursos forrajeros. “Siempre fuimos por el lado de la ganadería regenerativa, de lograr una mejora sustancial en la regeneración de suelos a partir de la rotación del pastoreo”, afirma el CEO del proyecto. Con la información que emiten los collares inteligentes, en este caso el productor puede construir predicciones a futuro en función de cómo usa sus recursos forrajeros.
El proyecto de Tosco comenzó en agosto de 2019, en la ciudad de Río Cuarto Córdoba. Para diciembre pasado ya se encontraban desarrollando los primeros prototipos. En marzo de este año iniciaron las primeras experiencias a campo y actualmente están cerrando un acuerdo para trabajar en conjunto con el INTA Río Negro. La idea será probar el mismo tiempo este prototipo en ambas provincias, con un número determinado de bovinos.
El sistema funciona así: se coloca un collar en el cuello de los vacunos y a través de un dispositivo de geolocalización muy preciso se puede ubicar al animal dentro de determinados límites virtuales. El productor será quien defina los límites de ese cuadrilátero imaginario, en el que el ganado podrá pastorear y caminar libremente. Si sale de ese perímetro recibirá en primera instancia un estímulo sonoro y luego uno estático.
“Es el mismo sentido que un boyero eléctrico. La única diferencia es que se reemplaza lo visual por lo sonoro”, explica Tosco, quién además es veterinario especializado en conducta animal. El proyecto se encuentra enmarcado dentro de las normas y protocolos de bienestar animal, por lo que el dispositivo no genera ningún estrés en los bovinos con collar asignado.
A la geo-referenciación se le suman una serie de sensores que monitorean la temperatura y frecuencia cardíaca del animal, para controlar su estado físico. Si se aísla del grupo o realiza movimientos inusuales, el ganadero será notificado mediante la recolección de datos que realiza el sistema. Los creadores consideran que esto ayuda no sólo a disminuir situaciones de mortandad animal o casos de abigeato, sino también a la reducción de costos de sanidad por enfermedades.
Los collares están diseñados para ser usados en animales de cría o recría que tengan –o superen- los 160 kilogramos de peso. Si bien pueden ser usados por otros animales, el proyecto comenzará primero con pruebas en bovinos. El modelo de comercialización apunta principalmente a productores medianos o grandes, con muchas hectáreas a cubrir, aunque cualquiera puede obtener este servicio.
Lo que puede ser un gran alivio para muchos ganaderos es que este sistema no requiere de acceso a internet. Bastó solo necesita para funcionar de la colocación de una antena, que genera una triangulación de la ubicación de los animales. Utiliza la tecnología LoRaWAN, un sistema de radio comunicacional para redes ampliadas y de baja potencia, que permite enviar datos a un bajo costo energético. También usa GPS con conexión satelital. En caso de querer monitorear los animales fuera del campo, por ejemplo desde otra provincia, el acceso sí será por la web, usando tecnología 2G, 3G y 4G.
Otro beneficio es la durabilidad de las baterías: pueden llegar a los dos años sin requerir reemplazo o recarga. Pero ante cualquier error, el proyecto prevé tener servicios técnicos diversificados en todo el territorio para poder atender cada caso en particular. De igual forma, Tosco asegura que la colocación e implementación de este sistema es muy sencilla. “Es tan fácil como colocar una antenta de DirecTV prepago”, asegura.
Además de la vinculación con el INTA, el equipo de Bastó tiene relaciones con productores de Ecuador, México, Colombia y Brasil, que también se encuentran trabajando en sistemas de pastoreo racionales. “Serán nuestros primeros usuarios en otros países”, afirma el CEO.
Por otro lado, esta startup forma parte del programa Founder Institute, de Sillicon Valley, en el que calificaron dentro de otros 35 mil proyectos. Eso les permitió obtener exposición y vinculación a distintos fondos de inversión. Sus creadores esperan tener todo listo para entrar en la fase comercial en marzo del próximo año.