En San Juan el agua es esencial, y aunque la provincia ya está habituada a vivir la tradicional escasez hídrica, este año y el venidero los tiene complicados por el bajo derrame del río San Juan. Los especialistas estiman que este año el río estará en niveles mínimos, por debajo de los 1.000 hectómetros cúbicos, dado que empezó a nevar recién en junio, cuando por lo general este fenómeno se suele dar desde fines de marzo.
“Recién el pasado 2 de junio en San Juan tuvimos la primera nevada del año. Eso es preocupante porque hemos perdido dos meses y medio de acumulación nívea en nuestras cuencas”, dijo a Bichos de Campo Oscar Dolling, ingeniero hidráulico en San Juan.
“Esta última década fue muy complicada. Tuvimos una sequía muy profunda. Del 2001 al 2010 el escurrimiento promedio en el río San Juan fue de 2.091 hectómetros cúbicos, y entre 2010 y 2020 esa cifra bajó a 1.163 hectómetros cúbicos. Es decir a la mitad, con lo cual vale decir que perdimos el 50% de escurrimiento comparado con la década anterior”, cuantificó Dolling.
El especialista dirige el Programa “Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas, ingeniería Hidráulica y ambiental”, dependiente del departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). Y coincide con muchos en que “desde 2010 a hoy llevamos una sequía muy profunda”.
En este contexto, “estamos trabajando con las Juntas de Riego para ver cómo afrontamos el 2020 y 2021. El año pasado tuvimos una reserva de 1.000 hectómetros cúbicos y este año quedaremos con menos de la mitad de reservas de agua para afrontar el año que viene, el cual viene casi igual o más problemático que este”.
Mirá la entrevista completa a Oscar Dolling:
Por fortuna, para el ingeniero, el haber construido embalses adicionales en San Juan, tales como Punta Negra y Caracoles, llevó la capacidad de reserva a entre 1.500 y 1.600 hectómetros cúbicos. “Eso nos salvó este año”, manifestó. Agregó que “nos alcanzó para tener 400 hectómetros cúbicos de reserva para afrontar el año que viene, el cual también viene muy complicado”.
En su labor diaria, Dolling realiza una serie de pronósticos de sequía para la próxima década en la provincia, valiéndose de modelos matemáticos a modo de obtener tendencias que se elaboran a partir de estudios oceánicos, atmosféricos y de dinámica solar.
“Los estudios que estoy haciendo se basan en la correlación entre la actividad solar y su incidencia sobre los océanos, y la capacidad de evaporación que tiene este sistema sol- océano- atmósfera. Y esto nos muestra una afección, a tal punto que, mientras lo normal es que el sol tenga un promedio anual de 120 a 150 manchas, hoy solo estamos en 3. El año pasado ese número fue prácticamente 0, lo que implica una pérdida de 0,25 vatios por metro cuadrado de energía solar incidente que no llega”, explicó el ingeniero hidráulico.
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Dolling declaró que “hoy estamos en el equivalente histórico a la actividad solar que hubo entre 1810 y 1820. Ese periodo se llamó Mínimo de Dalton y fue un periodo histórico de inactividad solar o de bajas manchas solares”.
“Si a esta pérdida la multiplico por la superficie de los océanos, me da 90 mil Gigavatios de potencia evaporante que no están recibiendo los océanos, lo que sería como tener 30 mil centrales menos como las de Yaciretá de poder evaporante en los océanos”, se lamentó. Advirtió a continuación que “esta situación que vivimos por 10 años, se mantendrá durante otros 10 años”, en referencia a la estrechez de agua acentuada por la inactividad solar.
En este sentido, Dolling explicó que el río San Juan pasará en los próximos 10 años de 1.900 a 920 hectómetros cúbicos.
“Si continuamos con la tendencia que venimos registrando en los últimos 50 años, la media del río bajará”, lo que sería, sin dudas, algo dramático para la agricultura, y además presionará sobre los acuíferos subterráneos.