Las ventas de lana argentinas están virtualmente frenadas desde antes de la cuarentena por el coronavirus. “El mercado se derrumbó por (la pelea entre Donald) Trump y China desde el año pasado, por la guerra de aranceles que afectó la importación de ropa desde Estados Unidos. Y a principios de este año ya por el efecto del Covid-19. La ropa no es un bien esencial, así que cuando hay emergencia económica se deja de comprar ropa y es uno de los últimos eslabones en volver a normalizarse cuando las crisis pasan”.
Quien cuenta esto es Miguel O´Byrne, productor y presidente de la Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz. (FIAS). Allí, como en toda la patagonia, la producción ovina tiene mucho peso económico. Pero sus protagonistas están sufriendo las consecuencias de la guerra comercial entre Estados Unidos y China que castigó al sector textil y también los efectos del parate por la pandemia.
Entre ambas cuestiones se paralizó el negocio de la lana y también, aunque en menor medida, las ventas de carne ovina. Según O’Byrne, esta situación afecta particularmente a la provincia de Santa Cruz, donde “el 80% del territorio es monocultivo ovino” salvo en las zonas cordilleranas donde hay más vacunos porque hay más pasto”, explicó .
Escuchá la entrevista con MIguel O’Byrne:
El dirigente rural dijo que por esa mala combinación el precio de la lana ya cayó 50% respecto de los altos niveles a los que llegó el año pasado. Claro que lo dijo solo es a modo de referencia, ya que en realidad no se están haciendo negocios por falta total de demanda. “El año pasado una lana merino valía 7 dólares el kilo con facilidad y hoy vale 3,50 dólares. La que valía 5 hoy vale 2,50. Pero no hay quien la compre”, advirtió.
En este contexto comercial insólito, los productores y contratistas ven que se acerca una nueva temporada de esquila o zafra lanera. En Santa Cruz restan entre 2 y 3 meses para que arranque ese proceso fundamental en el ciclo productivo del ovino. La preocupación es que al no haber mercado ni por la lana ni por la carne, tampoco hay disponibilidad de dinero para pagar el trabajo.
“El escenario es preocupante: Estamos a fin de mayo, nos quedan junio y julio para conseguir la plata para esquilar sino las cuadrillas o comparsas no podrán funcionar. El proceso no se puede interrumpir porque la oveja que no se esquila en un par de meses empieza a tener todo tipo de problemas sanitarios”, explicó O´Byrne.
El productor detalló: “Necesitamos entre 150 y 200 millones de pesos, que es lo que cuesta la esquila sólo en esta provincia. Estamos hablando a ver si se puede conseguir un crédito a devolver a 9 meses para que el productor pueda pagar los trabajos y las cuadrillas puedan seguir, y uno pueda entonces vender la lana cuando haya algo de demandada. En líneas generales más del 50 o 60% del ingreso viene de la lana, sobre todo en la zona norte de la provincia”. Por fortuna, la lana es un producto que puede guardarse.
El otro producto derivado del ovino, la carne de cordero, también tiene sus bemoles. En ese caso, O’Byrne relató que en tiempos normales “se vende en gran parte cordero entero y congelado: se exporta el 20 y 30% de la producción de la temporada y el resto se vende todo en Patagonia y algo en Buenos Aires”. Pero aclaró que “eso se paró completamente por la cuarentena, el 100%, aunque ahora empieza a haber una ventanita de venta”.
“Para cuando estén los corderos nuevos en diciembre, tenemos fe que habrá alguna normalización comercial”, se ilusionó el dirigente.
Me da mucha pena leer esta nota. Soy tejedora y la lana merino para tejer cuesta alrededor de 6.000 pesos en adelante el kilo en Buenos Aires. El chiste es que consigo en general lanas importadas procesadas afuera de Italia, Inglaterra y no de producción nacional. Yo le compro a un país de afuera que cobra un super valor agregado cuando Argentina es productor.
No sé por qué ocurre eso¿?. Pero al leer la nota me da una pena terrible.
Hola Maria Veronica. Te interesa lana merino negra. Tenemos varios kilos aprox 300 .
Saludos Federico Rodríguez