Su nombre era Rodolfo Weber, pero sus familiares, amigos y vecinos lo llamaban “Rudy”. Era un pujante productor del noroeste de Misiones, descendiente de los alemanes que colonizaron la zona de ElDorado. El 23 de marzo, a sus 61 años, lo mataron a quemarropa en su chacra de Santiago de Liniers, a donde había ido a cargar leña. Rodolfo tuvo la desgracia de encontrarse con un grupo de ladrones que habían entrado a su predio a faenarle unos terneros de modo clandestino. Le pagaron cuatro balazos, dos de ellos a corta distancia.
Los primeros en encontrar su cuerpo sin vida fueron sus dos hijos, que fueron a buscarlo preocupados. Alex Weber, de 25 años, inmediatamente avisó a la comisaría local. Se trata de un caso que despertó mucho dolor e indignación no solo en Misiones sino en la comunidad agropecuaria de todo el país, que qedó pasmada frente a la frialdad con que asesinaron a Rodolfo. Este asesinato reavivó el pedido de “mayor seguridad” en los campos rurales y penas “más duras” para el delito de abigeato.
“Ese lunes 23 por la mañana fuimos a buscar leña con mi papá. Tumbamos árboles secos y los picamos con la motosierra. Por la tarde, mi papá fue a buscar esa leña, para prepararnos para el invierno, y antes de que se fuera me ofrecí a acompañarlo. Me dijo que no hacía falta, ya que sólo era cargarla y volver. Pero como se había hecho tarde y vimos que no volvía, fuimos a buscarlo. Ahí descubrimos el tractor con el acoplado vacío y ya nos preocupamos”, relató Alex, que apenas dos meses después de tan doloroso suceso accedió a hablar con Bichos de Campo. La razón es sencilla: Alex y su familia quieren que el caso ayude a crear conciencia sobre la necesidad de reforzar la seguridad de quienes viven y trabajan en el medio rural.
Mirá la entrevista completa realizada a Alex Weber:
“Empezamos a buscarlo y justo encontramos dos terneros en el callejón, que no debían estar ahí. Por un momento pensamos que se había roto el alambrado. Pero a 100 metros de ahí encontramos su cuerpo tirado. Tratamos de reanimarlo pensando que se había caído. Cuando vimos que no tenía signos vitales, pensamos que sería un ACV o algo parecido ya que no veíamos señales de bala”, continuó Alex su dramático relato.
El hijo de Rudy nunca imaginó que así sería la muerte de su padre. “Cuando fue mi hermano a buscar el tractor para llevarlo, yo traté de seguir el camino, y 200 metros hacia adelante descubrimos un animal a medio faenar, y ahí entendimos que lo habían asesinado porque justamente había descubierto que estaban faenando”.
“Cuando vino la policía, pudimos ver el lugar un poco mejor. Ahí vimos que al lado del animal carneado había como una loma, lo que quiere decir que alguien hizo campana para ver hacia un lado y hacia otro, y para alertar si veía a alguien”, agregó Alex.
El examen forense dictaminó que Weber presentaba cuatro impactos de bala, tres de ellos en la cabeza, lo que marca la frialdad con la que actuaron los autores del hecho. “El cuerpo tenía cuatro disparos, dos de ellos se los dieron desde lejos, y otros dos a quemarropa, de cerca, cuando estaba en el piso”, relató entero el joven de 25 años sobre la muerte de su propio padre.
Weber describió que la chacra familiar está a solo 5 kilómetros de donde viven y que iban de dos a tres veces por semana a trabajar y hacer un recorrido para ver a los animales. Señaló que al estar bastante escondida, era un blanco fácil para el robo y el abigeato. “Hemos tenido otras ocasiones de robo. Un año nos robaron siete veces. Pero como cada vez que hacíamos las denuncias no pasaba nada, mi viejo ya se había cansado”, explicó.
“Siempre decía mi viejo que si se encontraba con gente que estaba faenando en su campo, que él iba a darse vuelta e irse, justamente para no chocar con ellos, porque se sabe que si van a faenar, van armados”, recordó el hijo de Rudy.
En su lectura sobre el doloroso hecho que le tocó vivir a su familia, como descendiente de una de las tantas corrientes migratorias que colonizaron la selva misionera, Alex lamentó: “Esto se volvió tierra de nadie. Me da impotencia porque mi viejo y mis abuelos trabajaron muchos años acá, y el lugar siempre fue muy tranquilo”.
Por el asesinato de Rudy Weber, hubo cuatro hombres detenidos, de los cuales uno, llamado Lucas Escobar, habría reconocido hacer sido el autor material del crimen. “Lo que no me explico es porqué liberaron a los otros tres que supuestamente son cómplices. Deberían estar todos detenidos. Esto tampoco nos da seguridad de que no nos pase algo a nosotros”, manifestó Alex, que superando todo el dolor del mundo sigue yendo a la chacra familiar, a ocuparse de las cosas.
El párrafo que sigue quizás sea la única parte esperanzadora de este crudo relato sobre un asesinato a todas luces injusto. Las fotos y videos que nos compartió el joven sobre su padre lo muestran a Rodolfo lleno de vida, digno merced a su trabajo, alegre debido a su familia.
Alex se recibió de ingeniero agrónomo en diciembre pasado, y había comenzado a trabajar en una empresa con la condición de tener dos días libres para seguir ayudando a su padre en la chacra familiar. “Ahora, con todo lo que pasó, presenté la renuncia en mi trabajo. Tengo ganas de seguir porque teníamos muchos proyectos”.