Marcelo Regúnaga fue secretario de Agricultura en dos ocasiones, primero entre 1991 y 1993 y luego durante la crisis de 2001. Ahora, con el coronsvirus instalado en el mundo entero, lo convocamos para que nos ayude a pensar qué podría suceder cuando muchas economías, incluida la agropecuaria, tambalean y dependen de la agudeza de sus gobiernos para salir adelante.
“La economía argentina ya venía de una situación muy mala, y estos días además, tenemos una inflación como pocas economías de América Latina y el mundo tienen. La inestabilidad económica es un problema gravísimo que afecta a los que menos capacidades tienen”, advirtió el experto, dejando claro que nuestra situación será doblemente difícil.
Como asesor actual del IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura), Regúnaga expresó que debido a la irrupción del coronavirus “en la mayoría de las agriculturas de América Latina los productores más chicos, que trabajan en sus mercados de cercanía, y que dependen principalmente del mercado interno, ven dificultades para comercializar y ven una caída del consumo per cápita, algo que también se nota en muchas economías regionales” de la Argentina.
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Pero la Argentina es, además, “un productor importante de commodities”. De hecho, aclaró el economista, “el Mercosur es el principal exportador mundial neto de alimentos y commodities, y la ventaja hoy es que el agro es el único sector de la economía que, aunque no lo hace a pleno, puede seguir trabajando”.
El consultor aseguró que “después de esta crisis, la mayor parte de las economías urbanas, la industria manufacturera y el sector petrolero, quedarán muy afectados. El agro es el único sector que tiene posibilidades reales de ayudar al crecimiento de la Argentina y de la seguridad alimentaria mundial”.
Para Regúnaga, no sólo Argentina sino también todo el mundo, “deben repensar su estrategia de desarrollo económico, en particular para todos los países periféricos. Tenemos que revisar la estrategia de 80 años. Es una oportunidad histórica para repensar el crecimiento basado en el comercio exterior, que es lo que no se hizo en 80 años, y ese crecimiento parte de un sector que será el menos afectado dentro de la economía argentina, y que tiene un potencial de desarrollo muy grande”.
Las políticas actuales deben atender, según el ex secretario de Agricultura, “a los pequeños agricultores pero también revisar las políticas macroeconómicas y hacer un gran apoyo a la inserción de la Argentina en el comercio mundial, tanto de commodities como de productos con mayor valor agregado”.
“Hay que revisar la estrategia de derechos de exportación, ir eliminando los impuestos distorsivos. Por ejemplo, permitiendo compensar retenciones por impuestos a las ganancias, pero también reducir los gravámenes de las provincias en concepto de ingresos brutos. Hay que sustituir los impuestos que nos quitan competitividad”.
Otro tema que destacó Regúnaga, y que se viene después del coronavirus, son “los problemas de barreras sanitarias y certificaciones para que el mundo confíe en nuestros alimentos, lo que implica replantear el rol del Senasa, pero también del INTA y del sistema científico, asignando mayor prioridad a los temas de sanidad y de seguridad alimentaria en general”
Regúnaga consideró que “la recuperación de China ya empezó. El mundo necesita alimentos, y esta es una realidad. Para 2021, el FMI plantea crecimientos en los principales mercados, y no hay que olvidarse que China tiene la mitad de los cerdos y una altísima demanda de carnes y de commodities, que son cosas que nosotros producimos”.
El ingeniero agrónomo manifestó que en el mundo de la post pandemia “los mercados internacionales estarán más administrados, y se ve un rol mas importante de la cancillería pensando en acuerdos que se puedan lograr entre países exportadores e importadores, de modo tal que uno y otro no pongan mayores barreras”.
Regúnaga cree que “habrá más barreras por delante, por lo que necesitaremos más certificaciones, la trazabilidad y a su vez, nosotros tenemos que avanzar mucho más en comercio electrónico, porque el llamado block chain implicará que cada chino estará comprando a través de su computadora, y el supermercado sabrá qué es lo que nosotros debemos garantizarle”.
“Por eso son claves las certificaciones ambientales y sanitarias. Si no, nos van a poner más barreras y ahí, tenemos que pensar en una posición agresiva frente a los organismos internacionales, para asegurarnos que las barreras sean científicas y que no se aproveche esto para un nuevo proteccionismo”.
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Para Regúnaga, “hay riesgo de un proteccionismo nuevo. Los países, y esto pasó en la Primera Guerra Mundial, al principio se cierran y pretenden lograr el autoconsumo. Ese fue el origen de la política agrícola común, y fue un desastre para el mundo. Creo que ya aprendimos esas lecciones, porque volvimos a crecer cuando volvimos a integrarnos. Por ende, debemos tener políticas de comercio y de negociaciones internacionales más agresivas, con un Senasa más desarrollado que el que tenemos hoy, y con una Cancillería que esté mirando estos temas de un modo más agresivo también”.
Según el consultor en agronegocios, lo que se ve del gobierno de Alberto Fernández, por ahora, es el “atajar penales, y es muy urgente que empecemos a tener una actitud proactiva para empezar a ponernos a negociar con terceros países, concretar las negociaciones de libre comercio sobre las que habíamos avanzado, pero además, empezar otro tipo de relaciones bilaterales, porque estas tendrán mucha importancia para el futuro”.
Sin embargo, Regúnaga consideró que “desde cancillería se ven actitudes de empezar a pensar cómo hacer el día después y ahí está el gran desafío. Hay una oportunidad histórica, de tener al sector agroalimentario fortalecido, para que tenga una estrategia de crecimiento económico basado en el comercio exterior, con una participación de Estado más proactiva, porque el comercio del futuro tendrá más intervencionismo, no como las juntas de granos de otras épocas, sino a través de acuerdos”.
“Lo estamos viendo con Estados Unidos y China, que a pesar de pelearse, están haciendo acuerdos”, se despidió.