Por Nicolás Razzetti.-
La Fundación Producir Conservando entregó hace unos días al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, una propuesta de reforma fiscal que contempla la reducción de la presión impositiva y la aplicación de impuestos más progresivos que deberían ir reemplazando a los actuales, considerados regresivos. La propuesta fue elaborada por el ex viceministro de Economía Juan Llach,
Gustavo Oliverio, presidente de esa fundación que promueve el desarrollo de la agroindustria, explicó que los cambios presentados fueron trabajados en forma conjunta con las autoridades y los técnicos de esa cartera y que la propuesta implica también la reducción de la evasión impositiva.
Según el trabajo conducido por Llach en el país la presión impositiva es del 36% del producto bruto interno, un nivel similar a la que tienen países desarrollados pero 10 puntos superior a la de los países de la región. Contra estos países Argentina compite para la colocación de sus productos en los mercados internacionales.
En línea con lo anterior, un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) determinó que en la primera parte del año la carga tributaria para una familia significa entre el 48 y 58% de sus ingresos.
Oliverio dijo que hay tributos que “liman el resultado de las empresas como el impuesto a créditos y débitos bancarios, retenciones a las exportaciones o ingresos brutos en las provincias y encima tienen un peso alto sobre la recaudación, del orden del 30%, mientras que los progresivos tienen un peso relativo menor”. Lo que se pretende es que la relación sea la inversa.
Añadió que la presión fiscal “es elevada y desigual ya que la evasión es alta y eso genera una competencia desleal que en muchos casos implica que los más eficientes terminen fuera de carrera”.
Según Oliverio, reducir la evasión implica incrementar la base tributaria, lo que significa, en el caso de las cadenas alimenticias, “blanquear” la venta de carnes, frutas y verduras. En tal sentido el titular de la Producir Conservando consideró que no debería haber un incremento en los precios finales ya que esos impuestos “se los cobran a los consumidores pero no los pagan al fisco”.